Una nueva enfermedad preocupa a los científicos, se trata de la plasticosis, un mal que afecta principalmente a aves marinas y que es causada por pequeños trozos de plástico que inflaman el tracto digestivo. Con el tiempo, la inflamación persistente hace que los tejidos se cicatricen y se deformen, con efectos en cadena sobre el crecimiento, la digestión y la supervivencia.
El Dr. Alex Bond, coautor del estudio, comentó que, «este estudio es la primera vez que el tejido estomacal se ha investigado de esta manera y muestra que el consumo de plástico puede causar daños graves al sistema digestivo de estas aves».
Si bien la plasticosis solo se conoce de una especie hasta ahora, la escala de la contaminación plástica significa que puede estar mucho más extendida. Incluso podría estar teniendo impactos en la salud humana.
Los científicos descubrieron la enfermedad como parte de su investigación en la isla de Lord Howe, donde han estado investigando aves marinas durante la última década.
A pesar de que la isla se encuentra a 600 kilómetros de la costa de Australia, el equipo ha descubierto previamente que las pardelas de carne que viven allí son las aves más contaminadas con plástico en el mundo, ya que consumen trozos de plástico en el mar después de confundirlos con comida.
«Las glándulas tubulares, que secretan compuestos digestivos, son quizás el mejor ejemplo del impacto de la plasticosis», explica Alex Bond. «Cuando se consume plástico, estas glándulas se atrofian gradualmente hasta que finalmente pierden su estructura tisular por completo en los niveles más altos de exposición».
La pérdida de estas glándulas puede hacer que las aves se vuelvan más vulnerables a la infección y los parásitos, y afectar su capacidad para absorber algunas vitaminas. La cicatrización también puede hacer que el estómago se endurezca y sea menos flexible.
Los hallazgos de la investigación fueron publicados en el Journal of Hazardous Materials.