Seguramente te ha ocurrido en más de una ocasión, tener ese vecino molesto que a altas horas de la madrugada sigue metiendo un ruido infernal mientras tu intentas conciliar el sueño, y ahí parece no haber aislación que resulte para mitigar los efectos de las vibraciones.
Bueno, hasta ahora que el MIT parece haber creado una tela casi mágica que aísla casi a la perfección cualquier ruido molesto.
El sistema utiliza una tecnología similar a la de los auriculares de cancelación de sonido, aunque está basada en un descubrimiento anterior del mismo equipo en el que consiguieron convertir este tipo de tela en un micrófono.
Lo que verdaderamente hace el trabajo para bloquear el sonido, es una fibra piezoeléctrica que lleva adherida la tela. Los materiales piezoeléctricos tienen la propiedad de deformarse cuando están sometidos a una corriente eléctrica y pasan de su estado normal al deformado cuando hay fluctuaciones rápidas en esa corriente.
Los investigadores del MIT han acoplado una fibra piezoeléctrica de una sola pieza y 0,13 mm de grosor al centro de la tela. Al igual que sucede con el sistema de cancelación de ruido de los auriculares, las ondas sonoras del tejido se desfasan con respecto a las del sonido que se quiere anular, provocando su bloqueo. Una tela así, explican, puede utilizarse para crear cortinas separadoras en espacios de trabajo abiertos o instalarla directamente en la pared para impedir que llegue a casa el molesto ruido del vecino.
«El ruido es mucho más fácil de crear que el silencio. De hecho, para mantener el ruido fuera dedicamos mucho espacio a paredes gruesas. El nuevo trabajo proporciona un nuevo mecanismo para crear espacios silenciosos con una fina capa de tela», afirma Yoel Fink, jefe del Laboratorio de Investigación en Electrónica del MIT y coautor del artículo publicado recientemente en la revista Advanced Materials.
Para demostrar la efectividad del tejido, el equipo probó su sistema montando la tela en un marco circular y haciendo sonar junto a ella la popular suit de Bach, Aire. Los resultados mostraron que hubo una reducción de las vibraciones de hasta un 95%, lo que se tradujo en una disminución del 75% del sonido transmitido. Además, el equipo descubrió algo inesperado: también aumentaba su capacidad para reflejar el sonido y rebotarlo hasta en un 68% a su lugar de origen.
Los experimentos también revelaron que tanto las propiedades mecánicas del tejido como el tamaño de sus poros afectan a la eficacia de la generación de sonido. A pesar de que se pueden usar otros tejidos, como la lona o la muselina, el menor tamaño de los poros de la seda la convierte en un mejor altavoz de tela, y, por tanto, mejor aislante para el ruido.
«Hay muchas cosas que podemos hacer para que este tejido insonorizante sea realmente eficaz”, dice Grace Yang, investigadora del laboratorio del Fink en el MIT y autora principal del estudio. “Queremos que la gente piense en controlar las vibraciones estructurales para suprimir el sonido. Esto es solo el principio».