La compañía SpaceX, de Elon Musk, sacó pecho con el anuncio a finales de abril de que planeaba realizar una misión a Marte en 2018. Si bien estos planes parecen estar en camino, algunas cuestiones legales y políticas persisten. Según ha podido saber Digital Trends, la compañía está haciendo lo que todo lo que tiene hacer para asegurarse de que la misión es clara.
En juego está un acuerdo multinacional de casi 50 años, llamado el Tratado sobre el espacio ultraterrestre, que regula cómo se deben realizar las actividades en el espacio. Aunque es bastante claro en temas de exploración, es mucho menos claro acerca de los asentamientos y la explotación de los recursos exoplanetarios. Y, además, alude la responsabilidad de estas actividades en las naciones que firmaron.
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El Gobierno de EEUU está trabajando con los problemas que se plantean ante la misión prevista de SpaceX, según informa Motherboard. Digital Trends fue capaz de confirmar la historia Motherboard y la NASA y SpaceX ya tienen un acuerdo «sin intercambiar fondos» para trabajar juntos, al menos en el tema de la logística y en el apoyo a la misión.
Tal acuerdo es de vital importancia, teniendo en cuenta que el artículo VI del Tratado dispone que los firmantes «serán responsables internacionalmente de las actividades nacionales en el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, si dichas actividades son realizadas por organismos gubernamentales o por las entidades no gubernamentales,» y que los gobiernos «requieren de una autorización y supervisión continua por el pertinente Estado-Parte del Tratado».
Esto probablemente significa que el estado final de la misión de SpaceX sea de alguna forma de una asociación público-privada para asegurar que la compañía esté dentro de los límites del derecho internacional. Mientras que el Tratado también prohíbe la apropiación de los recursos del espacio, también forma parte de los acuerdos ya existentes entre SpaceX y la NASA abordar estas cuestiones.
Esto podría ser la parte más importante del trabajo conjunto de las dos entidades, teniendo en cuenta que el objetivo final es un asentamiento permanente en Marte encabezado, eso sí, por SpaceX. El problema al final, sin embargo, podría ser irrelevante.
Como se informó el año pasado, el Gobierno de EEUU aprobó una ley que permite la extracción de asteroides por intereses comerciales. De manera que, de por sí, las nuevas leyes ya violan el Tratado del Espacio Exterior, pero al Congreso y a nuestro presidente parece que no les importa.