Muestras gigantes e históricas de microbios humanos están quedando congeladas en el monte Everest, incluso aquel resfriado que un sherpa o escalador profesional dejó en esos hielos milenarios.
Esto según una nueva investigación dirigida por la Universidad de Colorado en Boulder, que demostró que los microbios resistentes, pueden soportar condiciones difíciles en elevaciones altas y permanecer latentes en el suelo durante décadas o incluso siglos.
Los hallazgos fueron publicados el mes pasado en Arctic, Antarctic, and Alpine Research, una revista publicada en nombre del Instituto de Investigación Ártica y Alpina (INSTAAR) en CU Boulder.
«Hay una firma humana congelada en el microbioma del Everest, incluso a esa elevación», dijo Steve Schmidt, autor principal del artículo y profesor de ecología y biología evolutiva.
«Si alguien incluso se sonó la nariz o tosió, ese es el tipo de cosas que podrían aparecer», dijo Schmidt.
Sin embargo, lo que les impresionó fue que ciertos microbios que han evolucionado para prosperar en ambientes cálidos y húmedos como nuestras narices y bocas eran lo suficientemente resistentes como para sobrevivir en un estado latente en condiciones tan duras.
A gran altura, los microbios a menudo mueren por la luz ultravioleta, las temperaturas frías y la baja disponibilidad de agua. Solo las criaturas más resistentes sobreviven. La mayoría, como los microbios transportados a grandes alturas por los humanos, permanecen inactivos o mueren, pero existe la posibilidad de que organismos como Naganishia crezcan brevemente cuando el agua y el rayo perfecto de luz solar proporcionen suficiente calor para ayudarlo a prosperar momentáneamente.
Los investigadores no esperan que este impacto microscópico en el Everest afecte significativamente el medio ambiente en general. Pero este trabajo tiene implicaciones para el potencial de vida mucho más allá de la Tierra, si un día los humanos ponen un pie en Marte o más allá.
«Podríamos encontrar vida en otros planetas y lunas frías», dijo Schmidt. «Tendremos que tener cuidado para asegurarnos de que no los estamos contaminando con los nuestros».