Para la mayoría de la gente, los exoesqueletos fueron creados por los escritores de la ciencia ficción.
Estos cilindros exteriores se ponen en el cuerpo para intensificar la fuerza y la velocidad de un ser humano. Sin embargo, resulta que los exoesqueletos podrían ser el futuro para las personas con discapacidades.
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«Cuando tenía nueve años, leí el libro, I Robot», dice el Dr. Yoshiyuki Sankai, profesor, robotista y fundador de la empresa de fabricación de robots CyberDyne.
La obra de Isaac Asimov inspiró a Sankai con el desarrollo de la Extremidad de Asistencia Híbrida, o HAL por sus siglas en inglés.
El traje robot HAL se parece un poco a las piernas de un Soldado Imperial de la película Star Wars. Sin embargo, HAL detecta las señales del sistema nervioso de un paciente para que el paciente vuelva a entrenar su cerebro para comunicarse con su cuerpo.
“El médico me dijo que nunca volvería a caminar», afirma Kunihiko Miyahara. Miyahara chocó contra una motocicleta cuando montaba en bicicleta en Tokio. El impacto lesionó a su columna vertebral. Sin embargo, con la ayuda de HAL, Miyahara ha podido caminar otra vez.
«Tras la terapia con el traje robot, puedo mantenerme en pie», dice Miyahara. «Puede caminar. Puedo utilizar mis brazos. Mi cuerpo está cambiando».
El Dr. Sankai afirma que esta es una de las razones por la cual HAL es tan importante. El cerebro transmite las señales nerviosas a los músculos que desea mover; la piel propaga esos impulsos como señales bioélectricas, que son captadas por HAL para procesar el movimiento requerido y el nivel de esfuerzo correspondiente.
Cuando se produce el movimiento en tiempo real, el cerebro recibe las señales nerviosas sensoriales de los músculos y las articulaciones, lo que permite a un paciente como Miyahara mejorar su funcionalidad dañada.
HAL viene equipado con un procesador Intel Atom. «Se trata realmente de la unidad de procesamiento central de todos los distintos sensores y microcontroladoras que captan, interpretan y transmiten los datos de las señales nerviosas del cuerpo humano», dice Paul Tapp, director de tecnología de Intel.
Para Miyahara, HAL le ha ayudado a volver a confiar en su cuerpo. «Algún día quiero ir al océano y volver a surfear una ola», dice Miyahara.