Cerrada al público, con una asistencia máxima de 1,000 personas y bajo estrictas medidas de sanidad se realizará en 2020 la feria Internationale Funkausstellung Berlín (IFA), la muestra tecnológica más importante de Europa.
Así lo informó su director ejecutivo, Jens Heithecker, a través de una conferencia de prensa virtual. “IFA 2020 sigue en pie, aquí en Berlín. El repunte y la recuperación de nuestra industria comienza aquí”, enfatizó.
Según explicó, la actividad ofrecerá igualmente «una experiencia en la vida real y las conexiones humanas que todos anhelamos”, aunque únicamente para los representantes de la industria y la prensa, siempre asegurando el distanciamiento social.
Las autoridades de la capital alemana certificaron que la feria sería segura con un máximo de 1,000 personas por jornada en cada evento, indicó.
Debido a la pandemia, se limitará al lapso comprendido entre el jueves 3 y el sábado 5 de septiembre. Originalmente, serían nueve las jornadas, con la apertura el viernes 4 y la clausura el miércoles 9 del mismo mes.
La organización definió cuatro objetivos principales de la versión 2020: ser escaparate de innovación para las marcas, una plataforma para la tecnología de punta y un evento de abastecimiento global, además de convertirse en el lugar donde confluyan las marcas y los minoristas.
“La innovación no se ha detenido. Nuestra industria necesita urgentemente una plataforma donde pueda mostrar su innovación para que pueda recuperarse y salir adelante”, señaló Heithecker.
Asimismo, recordó que en la edición de 1930 fue Albert Einstein quien habló sobre “el poder de la innovación y la tecnología para construir un mundo mejor”.
“Las tecnologías digitales de hoy ciertamente han cumplido esa prometedora esperanza. Para muchos, la tecnología está haciendo que esta difícil situación sea más llevadera», reflexionó.
El director ejecutivo de la muestra reveló también que el orador principal en la ceremonia de apertura de IFA 2020 será el presidente de Qualcomm, Cristiano Amon.
La organización del evento ya había dado luces a comienzos de abril, a seis meses de su inauguración, asumiendo que la pandemia de COVID-19 hacía “logísticamente imposible e inseguro” celebrar la feria en los términos tradicionalmente conocidos.