Es posible que muchos recuerden al maestro Garri Kasparov como aquel ajedrecista que se enfrentó en 1997 a Deep Blue, esa inteligencia artificial que lo derrotó provocando un revuelo mundial.
Por estos días el nacido en Baku en Azerbaiyán y nacionalizado croata es embajador de la marca de antivirus AVAST y en una entrevista citada por el diario El País del evento tecnológico Collision, hizo varias críticas a las nuevas generaciones y su dependencia del móvil.
«Me sorprende y me deprime ver a la gente haciendo cola por un nuevo móvil que es casi idéntico al anterior», señaló con desazón el maestro del ajedrez.
Kasparov además reflexionó sobre la carrera espacial y la pérdida de ambición de las nuevas generaciones:
«No fuimos a la Luna porque lo necesitásemos, no porque fuera práctico, sino porque el reto nos impulsó e impulsó nuestra tecnología a increíbles picos de innovación. Entonces teníamos grandes sueños. Teníamos la vista en las estrellas. No tenemos los ojos en las estrellas, sino en las pequeñas pantallas que tenemos delante», señaló.
El ajedrecista agregó sobre eso que, «es muy importante que recuperemos ese espíritu de exploración. Es vitalmente importante para nuestro progreso. Hay mucha energía útil, pero si les decimos [a las nuevas generaciones] que lo mejor que pueden hacer es crear una nueva app para el iPhone 20, eso es todo lo que harán».
Garri Kasparov además señaló que, «nuestra actitud importa. Si estamos asustados, no invertiremos en tecnología ambiciosa. No nos daremos prisa en automatizar trabajos que las máquinas pueden hacer mejor y de forma más segura», continúa. «No tenemos esas cosas. Y, ahora que las necesitamos, estamos intentando construirlas a toda prisa. Perdimos años preocupándonos por los robots asesinos y la inteligencia artificial ética en lugar de invertir en alcanzar las estrellas».
Finalmente, el campeón de ajedrez se refirió a la vigilancia actual por medio de la tecnología:
«Las nuevas tecnologías siembre ofrecen posibilidades para la vigilancia, permiten que Estado y a sus instituciones nos espíen; pero al mismo tiempo nos permiten conseguir más libertad. La ambición no implica que dejemos de ser cautos. Siempre habrá quien intente extralimitarse en una crisis, por lo que debemos estar alerta. La privacidad y la seguridad están bajo presión, así que vigilar a los vigilantes es esencial. Cada nueva iniciativa debería explicar exactamente qué hace, por qué y en qué condiciones se detendrá», concluyó.