Durante el Cretácico tardío (de 145.5 millones a 65.5 millones de años atrás), en lo que hoy es el desierto de Gobi, Mongolia, vivió el Shuvuuia, un dinosaurio parecido a un ave y que es comparado como un familiar antiguo de los búhos modernos.
Este animal prehistórico era un terópodo, un dinosaurio carnívoro bípedo de tres dedos. Solo hay una especie conocida, el Shuvuuia deserti, que era más pequeña que un gato doméstico, ya que solo medía 2 pies (0,6 metros) de largo.
Los fósiles encontrados dan cuenta de una increíble adaptación nocturna y una audición notable, lo que le habría permitido cazar de noche.
Jonah Choiniere, autor principal del estudio y profesor del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, comentó que “Shuvuuia tenía conductos cocleares proporcionalmente más largos que el ave con la mejor audición, el búho granero, además poseía una visión nocturna increíble, mejor que cualquier pájaro vivo”, sostuvo.
Esta visión aumentada en las noches, más su increíble audición, lo habrían hecho un gran depredador nocturno “y probablemente era más activo durante el crepúsculo”, dijo el coautor del estudio Lars Schmitz, profesor asociado de biología en el W.M. Keck Science Department en el Scripps College de Claremont, California.
Respecto a su anatomía, el profesor Choiniere comparó a esta ave con un cazador nocturno como el búho.
“Tiene una mandíbula ligeramente construida, y sus dientes parecen pequeños granos de arroz basmati. Tiene un ojo enorme, pero el pico es muy pequeño”, dijo. Las extremidades anteriores eran poderosas y voluminosas, con una enorme garra, además tenía un par de largas y delgadas patas traseras que fueron construidas para correr.