Un grupo de científicos de la Universidad de Harvard desarrolló un pez biohíbrido con células madre del corazón humano para ayudar a conocer algunas funciones clave y, en el futuro, poder construir un corazón artificial.
Estos sistemas híbridos, que contienen componentes biológicos y artificiales, ayudan a estudiar la fisiología de los organismos vivos y a desarrollar soluciones robóticas para resolver diferentes problemas médicos.
El pez artificial fue creado con un hidrogel gelatinoso y en cada costado posee una capa de tejido muscular cardiaco humano que fue fabricado con células madre.
Este se puede desplazar de manera autónoma, ya que cuando una capa se contrae, la otra se estira, lo que activa una proteína que es capaz de desencadenar este proceso.
Los encargados de este trabajo también incorporaron un marcapasos para controlar la frecuencia y el ritmo de las contracciones mediante pulsos de luz.
Así, las células humanas que usaron en el pez fueron modificadas genéticamente para que respondieran a longitudes de ondas lumínicas específicas. De esta manera, si varían y pasan, por ejemplo del rojo al azul, se puede activar el movimiento.
De acuerdo con los investigadores, la bicapa muscular y el marcapasos pueden generar un latido o movimiento coordinado y espontáneo de los músculos, con lo que el pez puede nadar durante días e incluso meses.
“Los peces biohíbridos equipados con estrategias de control intrínseco demostraron una natación cuerpo-caudal autosostenida, lo que pone de manifiesto el papel de los mecanismos de retroalimentación en bombas musculares como el corazón y los músculos”, afirman los científicos.