Los cultivos que crecen en los alrededores de Chernóbil siguen siendo radiactivos a casi 35 años del peor desastre nuclear de la historia, según apuntan un grupo de científicos de la Universidad de Exeter en Reino Unido.
Los expertos detallaron el hallazgo de dos isótopos radioactivos (estroncio 90 y cesio 137) tras analizar, junto a investigadores del Instituto Ucraniano de Agricultura y Radiología, 116 muestras de granos recogidos entre 2011 y 2019 en el distrito de Ivankiv, a unos 50 kilómetros al sur de la planta de Chernóbil.
Según los investigadores, el 48% de las muestras analizadas tenían estroncio en niveles superiores al máximo permitido para un consumo seguro. También reportaron el hallazgo del mismo isótopo en muestras de leña y cenizas recogidas en la misma región entre 2015 y 2019.
“Nuestros hallazgos apuntan a la contaminación continua y la exposición humana, agravadas por la falta de monitoreo de rutina oficial”, dijo en un comunicado David Santillo, autor del estudio e investigador en la Universidad de Exeter.
El distrito de Ivankiv se ubica fuera de la zona de exclusión, un radio de 48 kilómetros a la redonda de la planta nuclear de Chernóbil. La zona fue considerada segura por las autoridades de Ucrania, sin embargo, los recientes hallazgos ponen en entredicho a las autoridades.
Los investigadores apuntan a la radiación que persiste en la madera de la zona, así como a la ceniza producida por una planta de energía local, como la causa principal del envenenamiento de los cultivos. Tras analizar muestras de ceniza de hornos domésticos de leña, los expertos encontraron niveles de estroncio 25 veces más alto que el límite seguro. La ceniza, apuntan, es utilizada por los granjeros de la zona como fertilizante.
A pesar del hallazgo, simulaciones por computadora sugieren que los cultivos podrían crecer de forma segura si la contaminación cesa. Para lograrlo será clave que el Gobierno de Ucrania restituya los programas de monitoreo radioactivo e implemente un programa de tratamiento para la ceniza radiactiva.
“Se requiere revisar con urgencia los efectos de la planta de energía de Invankiv en el ambiente y los residentes locales”, zanjó Valery Kashparov, director del Instituto Ucraniano de Agricultura y Radiología.