El cine y la televisión han creado una imagen negativa en torno al brócoli, ya que muestran a niños que se rehúsan a probarlo escudados en el sabor particular de esta hortaliza.
Es posible que el característico gusto amargo del brócoli esté determinado por el lugar de dónde venimos.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Copenhague concluyó que el sabor de los alimentos más amargos, como el brócoli, las coles de Bruselas y el chocolate negro, puede estar determinado por aspectos étnicos.
Los investigadores se centraron en los habitantes de China y Dinamarca. Y, de esta manera, descubrieron que los daneses no son tan buenos como los chinos para discernir entre los sabores amargos
El trabajo de los profesionales explica que este hallazgo estaría relacionado con las diferencias anatómicas que existen en las lenguas de los daneses y los chinos.
“Nuestros estudios muestran que la gran mayoría de los sujetos de prueba chinos son más sensibles a los sabores amargos que los daneses”, explica el profesor Wender Bredie del Departamento de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Copenhague.
“También vemos un vínculo entre la prominencia del sabor amargo y el número de pequeñas protuberancias, conocidas como papilas, en la lengua de una persona”.
Los resultados de este estudio podrían resultar útiles para los productores de alimentos, especialmente para los que exportan al mercado asiático.
“Es relevante para los productores de alimentos daneses que exportan a Asia saber que los consumidores asiáticos y daneses probablemente experimentan los sabores del mismo producto de manera diferente. Esto debe tenerse en cuenta al desarrollar los productos”, agrega el profesor Bredie.