Desde hace dos décadas, al hablar de búsquedas web por defecto nos referimos a Google. Microsoft intentó cambiar aquello hace 11 años con un producto propio que pudiera competir en el mundo de los buscadores. Así fue como nació Bing, el navegador web de la compañía tecnológica de Redmond.
Bing no fue un producto nacido desde cero, sino más bien una evolución de lo que Microsoft ya tenía hasta la fecha, aunque bajo otros nombres. Antes de Bing, MSN Search y Windows Live Search existían como motores de búsquedas, pero ninguno logró tener un mayor impacto en el mercado.
La llegada de Bing tuvo como objetivo cambiar aquello. Sin embargo, y en estricto rigor, en 2009 Bing no fue mucho más que un nuevo nombre para Live Search, marca que desde entonces pasó a mejor vida. Al mismo tiempo, Microsoft firmó un acuerdo para que Bing también fuera el motor de búsqueda de Yahoo! Search, que se convirtió básicamente en otro Bing, pero con la imagen corporativa de Yahoo.
Pese a los esfuerzos de Microsoft, una década después la cuota de mercado de Bing se redujo alrededor de 7 por ciento que, en comparación al casi 90 por ciento que tiene Google, es un número muy menor. Y aún así, la mayoría de analistas y expertos estiman que Bing está lejos de ser un fracaso.
Esto tiene que ver, en parte, con que Bing le genera buenos ingresos a Microsoft. Desde 2015, el negocio del buscador le genera ganancias, y de acuerdo a los números más recientes, Microsoft recaudó más de $7,000 millones de dólares por publicidad a través de Bing.
Si bien Bing tiene una cuota de mercado muy pequeña en el contexto global, en Estados Unidos algunos datos son más auspicioso. Específicamente en búsquedas de escritorio, Bing alcanza 25 por ciento del total del mercado gracias a su integración con Windows. Además, los usuarios de Bing tienen algunas particularidades: el promedio de edad es un poco más alto (sobre los 35 años) y, según los expertos, se trata de personas más proclives a adquirir productos en base a la publicidad que ven.
Más importante aún, se cree que la existencia de Bing ha servido para mantener a raya a Google en temas de seguridad. De acuerdo a Russ Jones, investigador de Moz, sin Bing “no habría API de buscadores centradas en privacidad”, ya que Google, con todo lo que significa como herramienta de utilidad, “nunca ha respetado por completo la privacidad de sus usuarios”.
En general, se tiende a aceptar que los aportes de Bing han sido mucho más grandes que su alcance o cuota de mercado, sobre todo en lo que tiene que ver con la seguridad de los datos. Además, la existencia de Bing impide que Google tenga un monopolio en el mercado de las búsquedas, más allá de lo que digan los porcentajes de uso.
A más de una década de su nacimiento, Bing llegó para quedarse y Microsoft no parece tener interés en tirar la toalla o deshacerse del buscador como modelo de negocio. No por nada está integrado por defecto en las búsquedas de Windows o en las consolas Xbox, además de proveer de algunos resultados específicos a DuckDuckGo, otro buscador enfocado principalmente en privacidad.
Quizás nunca nos cambiemos todos a Bing, pero es mejor que exista a que no.