Una investigación hecha por Bloomberg se adentró en las fauces más profundas de la popular aplicación Airbnb y reveló cómo la empresa destinó una caja chica de $50 millones de dólares cada año para ocultar horrores ocurridos en las estadías de algunos huéspedes ante la prensa y la opinión pública.
Según lo que se desprende del reportaje, se pagaba a funcionarios para ayudar a víctimas de violaciones o para retirar cuerpos desmembrados.
Se trata de agentes que ubican en ciudades como Dublín, Montreal o Singapur y que están en contacto con departamentos de emergencia locales.
“Los miembros del equipo tienen el poder de gastar cualquier cantidad para abordar las peores crisis en sus alquileres, incluidas las agresiones sexuales, los asesinatos y las muertes, brindando apoyo a los huéspedes y anfitriones, y también trabajando para mantener los incidentes fuera del ojo público”, informó Bloomberg.
Airbnb contrató a expertos de alto perfil en crisis políticas para trabajar en el equipo, incluido Nick Shapiro, exasesor del Consejo de Seguridad Nacional de Barack Obama y subjefe de gabinete de la Agencia Central de Inteligencia, quien fue contratado como su gerente de crisis.
Uno de los casos más polémicos en Estados Unidos fue el de cinco personas asesinadas a tiros en una fiesta de la mansión de Halloween en un Airbnb en Orinda, California.
Más de 100 personas se habían reunido para la fiesta no autorizada cuando se dio el tiroteo. Miembros de pandillas rivales de San Francisco y Marin City estaban entre los asistentes de la fiesta, dijeron las autoridades.