El agua contaminada de la central nuclear Fukushima, en Japón, será vertida al océano a través de un gran túnel submarino, según anunció el Gobierno de dicha nación insular.
Tepco, la compañía a cargo de la operación de la central nuclear, explicó que el túnel tendrá 2.5 metros de diámetro y se extenderá por 1 kilómetro mar adentro. Esta estructura comenzará a construirse en marzo de 2022.
El sistema de bombeo mediante una tubería hacia el océano evitará que el agua regrese a la costa. Esto es importante, ya que se trata de agua altamente contaminada cuyos residuos radioactivos se han acumulado desde 2011, cuando sucedió el accidente nuclear en Fukushima.
En total, se trata de 1.27 millones de toneladas de agua que se enviarán al mar, muchas de la cuales se usaron para enfriar los reactores justo después del accidente, pero también tienen origen tanto fluvial como pluvial acumulado a lo largo de los años.
La medida del Gobierno de Japón ha recibido cuestionamientos, porque si bien el agua pasará por un proceso de filtración para eliminar la mayor parte de los residuos radiactivos, habrá algunos que seguirán presentes cuando estos millones de litros se envíen al mar. Esto último genera preocupaciones tanto a ambientalistas como a los productores de la zona.
En particular, las autoridades niponas han reconocido que un isótopo llamado tritio, que puede resultar peligroso para la salud, es imposible de eliminar del agua contaminada.
Sin embargo, al parecer no hay otra solución para deshacerse del agua de Fukushima más que enviarla al Pacífico, ya que los tanques que almacenan el líquido van a llegar al máximo de su capacidad en 2022. Por tanto, la solución asoma como urgente y necesaria para la desmantelación definitiva de la planta.