A finales de enero de 2020 se hicieron públicos en Europa los primeros casos de coronavirus. Sin embargo, un estudio evidencia que antes de esto hubo señales de preocupación en las redes sociales que daban cuenta de que “algo extraño ocurría”.
La investigación llevada a cabo por la Escuela de Estudios Avanzados IMT Lucca de Italia, y publicada en Scientific Reports, ha identificado algunos indicios preocupantes sobre casos de neumonía dados a conocer mediante posteos en Twitter, en siete países, entre finales de 2019 y comienzos de 2020.
Según el artículo, estas denuncias venían de regiones geográficas donde después se originaron los primeros brotes.
¿Cómo lo hicieron?
Para llevar a cabo esta investigación, los autores confeccionaron una base de datos con todos los mensajes publicados en Twitter que incorporaban la palabra clave “neumonía” en los sietes idiomas que más se hablan en la Unión Europea (inglés, alemán, francés, italiano, español, polaco y neerlandés), desde diciembre de 2014 hasta el 1 de marzo de 2020.
Luego llevaron a cabo una serie de correcciones en las publicaciones para no sobreestimar el número de tuits que mencionaban la neumonía entre diciembre de 2019 y enero de 2020.
Esto coincidió con las semanas que transcurrieron entre el anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que informaba sobre los primeros casos de “neumonía de etiología desconocida” el 31 de diciembre de 2019, y el reconocimiento oficial del COVID-19 como una enfermedad transmisible grave, el 21 de enero de 2020.
Los resultados del análisis muestran un aumento de los tuits que mencionan la palabra “neumonía” en la mayor parte de los países europeos que se incluyeron a partir de enero de 2020.
Los investigadores aplicaron el mismo modelo de análisis para el término clave “tos seca”, otro de los síntomas que posteriormente se asoció al coronavirus y también hallaron un incremento anormal en el número de menciones de la expresión durante las semanas previas al aumento de las infecciones en febrero de 2020.
“Nuestro estudio se suma a las pruebas existentes de que las redes sociales pueden ser una herramienta útil de vigilancia epidemiológica. Pueden ayudar a interceptar los primeros signos de una nueva enfermedad, antes de que prolifere sin ser detectada, y también a rastrear su propagación”, explica Massimo Riccaboni, profesor titular de Economía que ha coordinado la investigación.