Una investigación de Reuters basada en documentos internos filtrados revela que Meta ha generado más de $3 mil millones en ganancias de anuncios fraudulentos en Facebook e Instagram, con pleno conocimiento de la actividad ilegal.
Según los reportes, aunque Beijing prohíbe a ciudadanos chinos usar Facebook e Instagram, permite que empresas chinas publiciten hacia consumidores extranjeros. Meta colabora con 11 socios de agencias chinas principales, que frecuentemente utilizan intermediarios que ignoran regulaciones de la plataforma.
Los documentos internos revisados por Reuters indican que Meta identificó abuso significativo pero permitió su continuación para preservar ingresos. De los $18 mil millones generados anualmente desde ads de empresas chinas, casi $3 mil millones provienen de esquemas Ponzi, casinos ilegales, pornografía y contenido prohibido. Internamente, Meta estimaba servir hasta 15 mil millones de anuncios «alto riesgo» diariamente, generando aproximadamente $7 mil millones anuales.
Rob Leathern, exdirector senior de gestión de producto en Facebook, afirmó que el volumen de anuncios fraudulentos en las plataformas «no es defendible» y que la empresa debería abordar el problema en pie de guerra.
Particularmente revelador: Meta requería 95% de certeza antes de banear anunciantes fraudulentos. Aquellos apenas por debajo de este umbral continuaban operando, a veces pagando comisiones aumentadas. En 2024, CEO Mark Zuckerberg pidió al equipo anti-fraude enfocado en China que pausara el trabajo. Posteriormente, la empresa disolvió el equipo y levantó restricciones contra agencias chinas.
Inmediatamente después, ingresos fraudulentos saltaron nuevamente de 9% a 16% de ingresos totales de publicidad. Meta afirma haber eliminado 46 millones de anuncios de negocios chinos en 18 meses, pero Reuters señala que la compañía no respondió preguntas sobre los documentos.
Investigaciones adicionales confirmaron que Facebook lidera plataformas sociales en fraude: aparece en 85% de reportes de estafas según SafelyHQ. Este escándalo muestra cómo Meta priorizó ganancias sobre seguridad de usuarios, permitiendo víctimas globales de fraude masivo.