Los ciudadanos del estado de California no solo debieron votar en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, sino que además tuvieron que marcar su preferencia en un escrutinio exclusivamente estatal.
En esta contienda electoral debían dar su aprobación a una propuesta realizada por las plataformas de transporte, tales como Uber y Lyft. Las empresas querían seguir considerando a sus colaboradores como contratistas independientes y no como empleados, algo que le estaban exigiendo algunos legisladores del estado.
Para sorpresa de muchos, la gran mayoría de los californianos respaldaron la propuesta de las aplicaciones, informó la agencia Reuters.
La medida, conocida como Proposición 22, marca la culminación de años de disputas legislativas sobre un modelo comercial que presentó a millones de personas la conveniencia de pedir comida o un viaje con solo presionar un botón.
Las empresas, que invirtieron más de $205 millones de dólares en la campaña, describieron la votación como un respaldo a una nueva generación de trabajadores que quiere elegir cuándo y cómo trabajar.
Los opositores a la medida, en cambio, lo vieron como un esfuerzo de las empresas para explotar a los trabajadores y evitar costos laborales que podrían ascender a más de $392 millones de dólares.
Uber, Lyft, DoorDash, Instacart y Postmates, amenazaron con cerrar sus operaciones en California si perdían.
“Yo estoy tan feliz. Sé que es adecuado para los conductores y sé que es adecuado para las personas que utilizan los servicios”, señaló a Reuters la jubilada Jan Krueger, de 62 años, que conduce a tiempo parcial para Lyft en Sacramento y que se hizo un tatuaje que reza “Mom Lyft” en el hombro.
California representó el 9 por ciento de los viajes globales y las reservas brutas de entrega de alimentos de Uber en 2019, y alrededor del 16 por ciento del total de viajes de Lyft.