A medida que aumenta nuestra dependencia respeto al WiFi, también aumenta la cantidad de estudios científicos que buscan determinar la existencia de algún riesgo para nuestra salud asociado a su uso masivo.
Algunas investigaciones sugieren que la exposición a este tipo de señales podría estar relacionada con distintos efectos en nuestro organismo, como problemas para conciliar el sueño (insomnio), déficit en el crecimiento celular y problemas vinculados a la fertilidad, entre otros inconvenientes.
Si bien se han incrementado este tipo de estudios, aún se considera un campo poco explorado, así que muchos de sus resultados no son concluyentes.
Eso sí, por lo menos sirven para reflexionar en torno a los potenciales riesgos de los avances tecnológicos para nuestra salud.
Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad del Cairo, en Egipto, y publicado en Sage Journals demostró que la exposición a las ondas de radiofrecuencia emitidas por los dispositivos wifi provocó lesiones hepáticas en un grupo de ratas Wistar.
En la investigación se indagó el impacto de la fuente de radiofrecuencia estándar de 2.45 GHz durante 40 días consecutivos en el hígado de las ratas hembra que formaron parte del estudio.
Estas fueron divididas en grupos de control y de exposición a las señalas de wifi.
Los resultados mostraron que la exposición al wifi provocó un grave estrés oxidativo en el hígado de las ratas.
Además, este fenómeno habría ocasionado efectos perjudiciales en la función hepática y alteración en su estructura molecular.
A través de este trabajo, los autores buscan llamar a la precaución al momento de exponerse de manera frecuente a los dispositivos emisores de wifi.
También, invitan a reducir el tiempo de exposición y a aumentar la distancia de las fuentes que emiten este tipo de señales.
Si bien el estudio fue realizado en ratas de laboratorio, puede resultar aplicable a lo que ocurre con los seres humanos y su relación, cada vez más dependiente, con este tipo de tecnología.
Al mismo tiempo sirve como una voz de alerta respecto a la necesidad de seguir realizando investigaciones en torno al impacto de este tipo de dispositivos y señales para nuestra salud.