Un estudio realizado por la Universidad de Hong Kong revela que aquellas personas que recibieron la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el coronavirus cuentan con 10 veces más anticuerpos que los que fueron inoculados con Sinovac.
El trabajo también muestra que este último grupo genera niveles de proteínas para atacar el virus que serían similares o inferiores a los producidos de manera natural en los pacientes que se han recuperado de COVID-19.
De acuerdo con los investigadores, los resultados del estudio, que fueron publicados en Lancet Microbe, sugieren la necesidad de “estrategias alternativas”, como las vacunas de refuerzo, para aquellos que han sido inmunizados con Sinovac, como una manera de incrementar las concentraciones de anticuerpos en estos pacientes.
“La diferencia en las concentraciones de anticuerpos neutralizantes identificada en nuestro estudio podría traducirse en diferencias sustanciales en la eficacia de la vacuna”, señala la investigación.
El caso chileno
Justo ayer, 15 de julio, la vacuna elaborada por la farmacéutica china recibió un importante respaldo por parte de un estudio realizado por el Ministerio de Salud, el Ministerio de Ciencias y la Universidad Católica de Chile.
El trabajo, realizado con 2,300 personas, demuestra que la vacuna tiene muy buena protección frente a los casos graves y la muerte por esta enfermedad.
De acuerdo con un artículo publicado en La Tercera a raíz de los resultados, la vacuna “desarrolla anticuerpos capaces de bloquear el ingreso del virus a las células (anticuerpos neutralizantes contra la proteína Spike o S), pero estos disminuyen con el tiempo por lo que se hace necesaria una dosis de vacuna de refuerzo que permita aumentar esta protección”.
Según el estudio chileno, de los 2,300 vacunados, solo 45 se han contagiado de COVID-19 y la mayoría de ellos en forma leve.
En tanto, solo tres han requerido asistencia hospitalaria y ninguno ha fallecido.