Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles señala que la lactancia materna no es una práctica que suponga un riesgo para infectar de COVID-19 a un bebé.
Desde el inicio de la pandemia, numerosas madres infectadas de COVID-19 y en periodo de lactancia temen que al alimentar a sus hijos puedan transmitirles el virus SARS-CoV-2. Los temores se sustentan en que la lactancia transmite otro tipo de virus, como el del VIH.
Sin embargo, el estudio de los expertos de la Universidad de California, publicado en el Pediatric research medical journal, concluye que la lactancia “no parece una amenaza” para transmitir el coronavirus a un lactante, y que por el contrario los beneficios superan con creces a los riesgos.
Los expertos llegaron a sus conclusiones tras analizar muestras de leche materna de 110 mujeres lactantes, de las cuales 65 habían dado positivo a COVID-19 en una prueba, mientras que otras 9 mostraron síntomas aun cuando su prueba resultó negativa; el resto de las muestras, 36, correspondían a mujeres sintomáticas que no se realizaron una prueba.
Tras analizar las muestras, los expertos encontraron RNA del SARS-CoV-2 en solo siete de estas, pero no hallaron rastros de material genético SgRNA, que indica que el virus se replica, y por tanto, tiene posibilidad de infectar a otra persona.
Paul Krogstad, uno de los autores del estudio, destacó que “la leche materna es una prueba invaluable de nutrientes para un infante”, y subrayó que “nuestro estudio no halló evidencia de que la leche materna de una madre infectada con COVID-19 contenga material genético infeccioso. A su vez, no se encontró evidencia clínica que sugiera que los infantes se infectaron, por lo que no es plausible que la lactancia sea una amenaza”.
Pese a los hallazgos del estudio, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), recomiendan a las mujeres lactantes infectadas con COVID-19 alimentar a sus hijos usando mascarilla.