Si bien esta edición de CES ha sido virtual, la presentación de los dispositivos más singulares no ha faltado; algunos están condicionados por el contexto sanitario en el que nos hallamos.
Razer, por ejemplo, acaba de presentar Proyecto Hazel, que consistente en una mascarilla tipo N95, considerada la “más inteligente del mundo”.
Este diseño conceptual cuenta con una cubierta exterior hecha de plástico reciclado que, al ser transparente, permite leer los labios y ver las señales faciales. También es resistente al agua y a los arañazos.
A ambos costados de la boca, la mascarilla tiene dos zonas circulares que permiten la ventilación, al tiempo que le confieren un aspecto futurista al accesorio, casi similar al de una máscara de gas.
Según Razer, la mascarilla será capaz de filtrar el aire que se respira, así como el CO2 que se exhala. También afirman que estará certificada para filtrar el 95 por ciento de las partículas transportadas por el aire, incluyendo el virus que causa el COVID-19 y otros patógenos comunes.
Uno de los elementos llamativos de la mascarilla son los micrófonos y amplificadores incorporados, que proyectarán la voz del usuario a través de la máscara.
Por último, destacan los filtros, que cuentan con iluminación LED RGB, lo que permite que cada uno de los anillos del respirador puede brillar del color que el usuario elija.
Cuando oscurece, un conjunto de ledes se activa de manera automática para hacer brillar la luz en la boca, lo que permite a los interlocutores ver el movimiento de los labios mientras se sigue hablando.
Por el momento, se desconoce una eventual fecha de lanzamiento para esta moderna mascarilla, ya que aún no cuenta con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos, además de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.