La pandemia de coronavirus ha obligado a cientos de países en el mundo a realizar cuarentenas obligatorias para detener los brotes de contagio. En algunas naciones esto ha sido más estricto y en otras las medidas han sido parciales o más libres.
Uno de los problemas fundamentales a los que se han enfrentado los mandatarios del globo son la serie de dificultades sociales que está generando el encierro forzado: la caída brusca de la economía, la falta de trabajo y el hambre entre quienes no pueden salir a la calle a ganarse la vida.
Un estudio respaldado por la Unión Europea (UE), aplicado a modo de prueba en nueve países de la región, simuló cómo varias estrategias de bloqueo afectarían la propagación del COVID-19.
La conclusión general fue que se hagan 50 días de estrictos bloqueos seguidos de 30 días en los que se alivian las medidas, así se podría controlar la parte sanitaria y además garantizar un cierto nivel de protección económica, afirman los científicos.
El grupo de investigadores comentó que esto es «un enfoque alternativo y más eficaz para los cierres indefinidos o más leves podría ser alternar medidas más estrictas con intervalos de distanciamiento social relajado. Las pruebas efectivas, el seguimiento de contactos y las estrategias de aislamiento, así como los esfuerzos para proteger a los más vulnerables de la sociedad, se mantendrían consistentemente en su lugar».
Para hacer efectiva esta medida se incluyen en el régimen de 50 días de cuarentena: el distanciamiento social, las normas de higiene, el aislamiento de las personas con el virus, el cierre de escuelas y la restricción de grandes eventos públicos. Estas medidas no incluyeron un bloqueo total.
En los resultados del experimento, el número R (tasa de reproducción del virus) se reduciría a 0,5 y mantendría la demanda de las camas UCI dentro de la capacidad nacional en todos los países, concluyeron los científicos. Sin embargo, a medida que más personas sigan siendo susceptibles a contraer el virus al final de cada ciclo, la pandemia se prolongaría y duraría más de 18 meses en todos los países. Pero el número de muertes de COVID-19 se reduciría significativamente en este escenario, con poco más de 130,000 muertes esperadas en los 16 países incluidos en el análisis.
Rajiv Chowdhury, epidemiólogo de salud global de la Universidad de Cambridge y autor principal del informe, dijo que turnar medidas estrictas de supresión con períodos de relajación puede permitir que las poblaciones “respiren” a intervalos.“Eso podría hacer que esta solución sea más sostenible, especialmente en las regiones pobres en recursos”, explicó.