La mayor parte de los países del mundo ha implementado cuarentenas como una manera de frenar el rápido avance del coronavirus en cada uno de los territorios.
Algunos de ellos han implementado más de una cuarentena, pero dividida en distintas etapas.
Esto ha generado críticas por parte de quienes se oponen a permanecer encerrados en casa tanto tiempo.
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Oakland, la Escuela Secundaria de Novi y la Universidad Estatal Politécnica de California han afirmado que dos cuarentenas siempre son mejores que una para reducir los contagios.
Ellos parten de la base, según nuevos estudios, de que la segunda ola de una epidemia es muy diferente si una población posee una distribución homogénea de contactos, si se compara con el escenario de subpoblaciones con un número diverso de contactos.
Los investigadores usaron un enfoque de simulación para modelar el progreso de una epidemia en una red en la que la conectividad de cada persona cambiaba a lo largo del tiempo.
Así, si una población tiene una distribución homogénea del número de contactos “el número total de personas infectadas al final de la epidemia es el mismo que si no se hubiera decretado un confinamiento”.
En cambio, en el caso de una frecuencia diversa de contactos, el número total de personas contagiadas puede ser mucho menor.
¿Por qué ocurre esto?
La razón, según los investigadores, es que una vez que las personas con un gran número de contactos (nódulos de alto grado) han adquirido la inmunidad, impiden la propagación del virus, frenando así el avance de la pandemia.
De esta manera, el momento adecuado para permitir que los nódulos de bajo grado aumenten las conexiones (levantando el confinamiento) sería después de que los nódulos de alto grado hayan adquirido inmunidad.
Esto debería minimizar el número total de individuos contagiados durante la emergencia.
“Los grados altos van primero. En la práctica, cuando el estado levanta la cuarentena estricta (o pasa de una fase de cuarentena a la siguiente), siempre hay una opción. Se pueden abrir tiendas más pequeñas (donde los cajeros son nodos de alto grado) y/o se pueden permitir reuniones (que típicamente consisten en nodos de bajo grado). El modelo sugiere que las tiendas deben abrirse primero: de esta manera podemos salvar a muchos individuos (en su mayoría nodos de bajo grado) de ser infectados”, afirman los autores.
De acuerdo con los propios investigadores, este modelo tendría dos consecuencias principales:
“En primer lugar, subraya la pertinencia de adoptar medidas de cierre para detener el primer brote de una epidemia, y en segundo lugar, muestra que las segundas y ulteriores oleadas pueden ser más leves de lo esperado”.