Sendos estudios realizados por especialistas franceses y chinos han puesto en entredicho la presunta efectividad de la hidroxicloroquina para el tratamiento del COVID-19.
La sustancia “no reduce significativamente el riesgo” en pacientes hospitalizados con neumonía derivada del coronavirus ni tampoco elimina el virus SARS-CoV-2 más rápido que otras fórmulas usadas en personas internadas con síntomas ligeros o moderados.
«Considerados en su conjunto, estos resultados no apoyan el uso de la hidroxicloroquina como tratamiento de rutina para pacientes con COVID-19», informó la revista médica británica BMJ en un comunicado que reprodujeron medios como la agencia France Presse (AFP).
El análisis francés consideró 181 adultos conectados a respiradores mecánicos, 84 de los cuales recibieron hidroxicloroquina a diario a menos de 48 horas de ser ingresados. Sin embargo, su condición no cambió en ningún momento respecto de los 97 a los cuales no se les administró.
Algo parecido sucedió en China, donde la mitad de un grupo de 150 personas internadas fue sometida a la sustancia. Lo peor es que 30 por ciento de quienes sí la recibieron exhibieron diarrea como efecto secundario.
Citados por Radio Francia Internacional, los investigadores dijeron que “la hidroxicloroquina captó la atención mundial como tratamiento potencial para la COVID-19 debido a resultados positivos de pequeños estudios. Sin embargo, los de este estudio no respaldan su uso en pacientes hospitalizados con COVID-19 que necesitan oxígeno».
La hidroxicloroquina es un derivado de la cloroquina, que se emplea en el tratamiento de la malaria. Antes de la pandemia, su uso estaba restringido a enfermedades autoinmunes, como el lupus y la artritis reumatoide.