Mientras más capas de tela tenga una mascarilla casera, más segura será para contener el coronavirus. Parece obvio, pero fue comprobado científicamente.
Lo demuestra un estudio publicado por la revista médica Thorax, cuyas conclusiones fueron divulgadas por medios como CNBC.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), en Australia, analizó la efectividad de los cubrebocas de tela caseros de una y dos capas para reducir la propagación de gotas emitidas por una persona.
Analizaron esa dispersión cuando el individuo hablaba, tosía o estornudaba. Luego compararon esos resultados con los de una mascarilla quirúrgica de tres capas.
Para filmar la propagación de las gotas, los científicos utilizaron iluminación LED y una cámara de alta velocidad. El video de la persona hablando fue capturado a 850 fotogramas por segundo (fps), mientras que la tos y los estornudos se capturaron a 1,000 fps, debido a las mayores velocidades de expulsión.
Luego de revisar las imágenes, los investigadores concluyeron que el barbijo quirúrgico de tres capas fue la más efectiva para reducir la dispersión de gotitas en el aire.
La cobertura de una sola capa redujo la propagación de las gotas al hablar, pero la cobertura de doble capa fue más eficiente para reducir las gotas al toser y estornudar, explicaron.
“Una mascarilla de tela que cuente con, al menos, dos capas es preferible a la de una sola. Estimamos que las pautas que se entregan para confeccionar mascarillas caseras deberían estipular varias capas”, escribió en el artículo Prateek Bahl, de la Escuela de Ingeniería Mecánica y de Manufactura de la UNSW, autor principal del estudio.
Ahora, los expertos destacan que un barbijo de tela con una sola capa siempre será mejor que no tener ningún tipo de protección.
Pero no solo el número de capas determina la eficacia de la mascarilla, sino que también el tipo de material, la disposición de las diferentes telas y la frecuencia de lavado.