La situación es en extremo delicada. La agencia AP informó que China admitió 50 por ciento más de muertes por coronavirus en la zona de Wuhan que las que entregó inicialmente.
Esta subestimación podría dar paso ahora a serios cuestionamientos sobre la verdadera gravedad del asunto.
«China elevó su número total de muertes a más de 4,600 después de que Wuhan, donde el brote se apoderó por primera vez, agregó casi 1,300 muertes. Ha habido muchas preguntas sobre la precisión de los informes de casos de China y los críticos dicen que los funcionarios trataron de minimizar el brote que comenzó en diciembre», sostuvo la agencia noticiosa.
Lo más preciso vino de la agencia oficial de noticias china Xinhua, que citó a un funcionario no identificado de la oficina de prevención y control de epidemias en Wuhan, que dijo que, en las primeras fases del brote, “debido a insuficiencias la capacidad de ingresos y tratamiento, algunas instituciones médicas no lograron contactar con el sistema de prevención y control de enfermedades a tiempo, mientras los hospitales estaban desbordados y los médicos sobrepasados con los pacientes. Como resultado, hubo informes tardíos, perdidos y erróneos”, dijo el funcionario según el reporte.
La forma en que se obtuvieron los nuevos datos fue de la siguiente manera:
- una comparación de datos del sistema de big data de control y prevención de epidemias en Wuhan
- el sistema de servicios funerarios de la ciudad
- datos del sistema de información de la autoridad hospitalaria municipal
- se apuntó a que el sistema de pruebas de ácido nucleico tuviera que “retirar los casos contabilizados dos veces e incluir los ignorados”
- se sumaron nuevas muertes que no se habían producido en hospitales y que no estaban registradas en el sistema de información de control de enfermedades, y que algunas instituciones médicas no habían comunicado casos o lo hicieron tarde
La situación vuelve a sembrar muchas sombras respecto de cómo se ha informado la pandemia no solo en China, sino que también en el resto del mundo, donde varios gobiernos también dejan cabos por atar.