Una nueva investigación publicada en Experimental Physiology muestra las posibles repercusiones a largo plazo del coronavirus en la salud de adultos jóvenes relativamente sanos que no fueron hospitalizados y que solo tuvieron síntomas leves a raíz del virus.
El estudio descubrió un inquietante aumento de la rigidez de las arterias de esta población, lo que puede repercutir en la salud del corazón.
Esto significa que los adultos jóvenes y sanos con síntomas leves de COVID-19 pueden aumentar su riesgo de complicaciones cardiovasculares que se pueden extender por un tiempo después de la infección.
El trabajo de los investigadores descubrió que el SARS-CoV-2 puede tener efectos perjudiciales en las arterias de todo el cuerpo, que incluyen la carótida que suministra sangre al cerebro.
Para llegar a sus resultados, los científicos analizaron a adultos jóvenes 3 o 4 semanas después de haberse infectado con el SARS-CoV-2. Usaron una ecografía en la arteria carótida y tomaron grabaciones de esa imagen durante 10 a 15 latidos.
“Estos resultados sugieren un posible impacto a largo plazo del COVID-19 en adultos jóvenes y relativamente sanos que, de otro modo, podrían pensar que el virus no les afecta”, señala el doctor Steve Ratchford, principal autor del estudio.
Esto debería motivar a los adultos jóvenes a no confiarse y profundizar sus esfuerzos para no resultar contagiados.
Por último, los encargados de este trabajo también afirman que las siguientes investigaciones sobre este tema deberían considerar una población más diversa a lo largo del tiempo, como a los adultos mayores, que son más sensibles al virus y que pueden tener condiciones subyacentes como enfermedades del corazón, diabetes e hipertensión.