De vez en cuando los médicos se topan con verdaderas rarezas que causan asombro entre la comunidad científica.
Uno de estos casos recientes ocurrió en Brasil, donde nació un niño con una especie de cola de 12 centímetros de largo. Según los expertos, se trata de un hecho tan inusual que apenas se han registrado 40 casos de este tipo en el mundo.
El nacimiento fue publicado en el Journal of Pediatric Case Reports, donde la identidad del niño se ha mantenido en el anonimato.
Según la publicación, el menor nació de manera prematura y sin otras complicaciones. Sin embargo, un examen posterior determinó que tenía ictericia y un “apéndice fibroelástico redondeado de aproximadamente 4 centímetros en su diámetro mayor, sostenido por un cordón fibroso de 12 centímetros en la región lumbosacra paravertebral izquierda”, señala la revista.
De acuerdo con los médicos que han seguido este caso, las colas de los humanos se clasifican como colas verdaderas o “pseudocolas”.
“Las pseudocolas son protuberancias compuestas básicamente de tejido adiposo o cartilaginoso y la presencia de elementos óseos. Las colas humanas verdaderas son muy raras, con aproximadamente 40 casos reportados en la literatura”, señala el informe firmado por los médicos que han estudiado este nacimiento.
La cola del menor emerge de su nalga izquierda y finaliza en una especie de bola de grasa de cuatro centímetros de ancho. El nacimiento se produjo en el Hospital de Niños Albert Sabin de Fortaleza y la noticia ha causado asombro entre los vecinos de la localidad.
Luego de que los médicos descubrieron que la cola no afectaba al sistema nervioso del bebé, procedieron a extirparla mediante una intervención rápida.
Cuando la removieron, los profesionales se dieron cuenta de que la cola era tejido invertebrado mientras que la bola estaba formada por grasa de tejido conectivo embrionario.
Ahora se espera que este caso ayude a la comunidad científica a estudiar este tipo de eventos que son “anomalías congénitas raras y describen protuberancias alrededor de la línea media de la región lumbosacra cubierta por piel, que representa un rastro embrionario”, según los investigadores.