“Realme denominó a este teléfono como su “flagship killer” y no puedo estar más de acuerdo.”
- Diseño original
- Conectividad 5G
- Precio muy competitivo
- Cámaras competentes
- Potencia impecable
- Batería justa para su potencia
- No tiene telefoto
- No tiene carga inalámbrica.
- Sin certificado de resistencia al polvo y agua
Realme salió hace no mucho de China, su país natal, y poco a poco se ha abierto camino en el mercado español y latinoamericano. La premisa fundamental de sus productos es similar a la de Xiaomi, su mayor rival: dispositivos con especificaciones muy potentes a un precio competitivo.
La empresa anunció el lanzamiento internacional de su dispositivo más ambicioso hasta la fecha, el Realme GT 5G. Este teléfono, que se presentó en China en marzo, sorprende por su diseño, especificaciones internas a la altura de la mejor gama alta y, sobre todo, por su precio.
Diseño original como ninguno
Es imposible que este teléfono, en especial el modelo en piel vegana amarilla que probé, pase desapercibido. Además de original es tremendamente cómodo en mano, no solo por su peso sino también porque el acabado de la trasera no se resbala en lo absoluto. Contra todo pronóstico, la piel amarilla tampoco se ensucia y se limpia con mucha facilidad. Eso sí, en apenas unos días de uso el marco de las cámaras se desgastó ligeramente, ya que sobresale y toca la superficie de manera constante.
La pantalla es una Super AMOLED de 6.43 pulgadas con resolución FullHD+. Este hardware se completa con una tasa de actualización de 120 Hz y un brillo máximo de 1,000 nits que me dieron una experiencia excelente. La reproducción del color y el nivel de nitidez de la pantalla permiten tanto una visualización perfecta de contenido como sacarles todo el partido a los juegos.
El ajuste automático del brillo responde muy bien y el nivel de este es más que suficiente tanto en interiores como en exteriores. La tasa de actualización también tiene una opción con la que se ajusta en automático (depende de las aplicaciones que usemos), lo que ayuda a que ahorremos bastante batería.
La pantalla se bloquea mediante dos tipos de sistemas biométricos, un sensor de huellas en la pantalla y reconocimiento facial a través de la cámara frontal. Ambos funcionan rápido y con precisión, aunque el reconocimiento facial a veces tarda en detectar el rostro si no hay luz suficiente.
La potencia de todo un flaship killer
Como adelantaba al comienzo, Realme sacó la artillería pesada con este teléfono y llega con lo mejor de Qualcomm, el Snapdragon 888 acompañado de dos versiones de memorias diferentes: 8GB+128GB y 12GB+256GB.
La unidad que probé tenía 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento interno; tal como esperaba rindió como todo un gama alta en todos los escenarios. En el uso diario fluye a la perfección sin reportar ningún tipo lag ni cierre súbito. Las transiciones por los menús son rápidas y las aplicaciones se abren y cierran rápidamente.
En cuanto a los juegos, puedo decir lo mismo: el teléfono es capaz de mover con fluidez hasta los títulos más exigentes como Asphalt 9 sin que se perciba ninguna caída de FPS.
En términos de autonomía, la experiencia también fue buena, aunque con matices. El teléfono monta una batería de 4,500 mAh que con un uso normal y con la tasa de actualización en modo de selección automática logra completar el día con aproximadamente 30 por ciento de carga. Con un uso exhaustivo y la pantalla a 120 Hz, una carga completa llegaba al final del día, pero necesitaba recargarse por la noche.
Por otra parte, el sistema de carga rápida de 65W es de los mejores que podemos encontrar. Y es que en unos 20 minutos podemos pasar de 0 a 70 por ciento de carga y tener la pila llena en 35 minutos. Eso sí, no cuenta con carga inalámbrica ni carga inversa para otros dispositivos.
Por último, hay que mencionar que el teléfono cuenta con otras características reseñables como conectividad 5G, WiFI 6, Bluetooth 5.2, NFC y conector de auriculares clásico. También tiene altavoces estéreo con sonido Dolby y certificación de audio de alta definición.
Cámaras que sorprenden
El apartado fotográfico suele ser el talón de Aquiles de los teléfonos Realme, pero en esta ocasión debo decir que me sorprendió para bien. El Realme GT 5G tiene una configuración de cámara formada por un sensor de 64 MP firmado por Sony, apoyado por un súper gran angular de 119 grados y un sensor macro de 2 MP. La cámara frontal es de 16 MP.
Las fotos tomadas con la cámara principal son muy buenas en general y con una iluminación favorable. El gran angular no deforma, aunque sí que distorsiona levemente cuando disparamos de noche y con el modo nocturno activado.
La reproducción del color es muy realista, sin saturar los colores ni empastar las texturas. El modo retrato es muy natural, tanto en el recorte como en el nivel de desenfoque, aunque a veces no reconoce bien el sujeto con objetos más complejos como el cabello o las gafas. El rango dinámico también cumple con creces y es capaz de reproducir sin quemar las luces más altas como las de los cielos. También me sorprendió lo rápido que responde el obturador, algo que me permitió tomar fotos muy rápido y sin que estas salieran movidas (incluso en el modo nocturno).
La cámara frontal también dio buenos resultados, aunque eso sí, el modo belleza viene configurado por defecto y es bastante artificial, por lo que, si no eres muy partidario de usarlo como yo, te recomiendo que lo desactives antes de disparar.
Conclusiones
Realme denominó a este teléfono su flagship killer y no puedo estar más de acuerdo. Su precio para la versión de 12 GB y 256 GB es de 599 euros, y de 449 euros para la de 8 GB y 128 GB. Se trata de un dispositivo que salvo por algunos detalles de construcción o por su batería (que en mi opinión es un tanto justa para un teléfono tan potente) puede plantarle cara no solo a la competencia, sino también a algunos de los mejores teléfonos del mercado.