La realidad virtual es la tendencia tecnológica del momento. Aunque la tecnología se ha utilizado en los simuladores desde hace muchos años, productos como el Oculus Rift, HTC Vive y Samsung Gear VR buscan revolucionar el mercado del entretenimiento con esta misma tecnología.
Sin embargo, existe un tema que los consumidores aún desconocen. Se trate de los mareos y la náusea que algunos usuarios sufren al utilizar estas gafas durante mucho tiempo.
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El problema es que la realidad virtual combina una gran potencia de computación con una serie de técnicas ópticas para simular un entorno visual inmersivo.
Cuando jugamos un videojuego en una pantalla, la televisión es un elemento más en todo el plano que ven nuestros ojos. Pero cuando nos ponemos unas gafas de realidad virtual, lo que vemos está sustituyendo a lo que de verdad deberíamos ver. Ahí es cuando nuestro cerebro se confunde y en algunos casos nos da mareaos o naúsea.
Aunque los mismos fabricantes advierten que sus dispositivos podrían causar mareos y problemas de coordinación, la mayoría de los consumidores no han utilizado las gafas de realidad virtual por más de unos segundos. Por eso están dispuestos a pagar hasta $1,000 por un dispositivo que podría enfermarlos.
Los fabricantes aseguran de que han solucionado varios de estos problemas, pero lo más cierto es que no todas las soluciones serán útiles para todos los usuarios.
El Navy de los Estados Unidos también advierte sobre el uso prolongado de las gafas de realidad virtual. Según un estudio realizado por el Navy hace unos años, encontraron que algunas personas no deben conducir un coche dentro de uno a dos días de estar dentro de un simulador de realidad virtual.
Sin embargo, no todos los usuarios sentirán lo mismo. En enero, Thorsten Wiedemann pasó 48 horas seguidas con un headset HTC Vive como parte del proyecto Disconnected. Según Wiedemann, en ningún momento sufrió dolores de cabeza o problemas de vistas durante su tiempo con las gafas, aunque sí admite que sufrió ataques de pánico al pasar las 25 horas con las gafas puestas.
El poder de la realidad virtual podría llegar a muchos campos y podría funcionar en muchos niveles. Pero la tecnología debe ser desarrollada hasta el punto en que es cómodo para todos quienes la utilizen.