Entre las muchas —muchísimas— compañías que inundan el MWC de Barcelona, hay muchas que brillan con luces propias. Y una de ellas, sin duda, es HTC Vive, marca de referencia en el creciente mundo de la Realidad Virtual.
Si bien el desarrollo de la RV lleva ya algunos años, el objetivo de HTC Vive ha sido siempre ir un poco más allá. Por lo mismo, no se trata sólo de ponerse unas lentes especiales y ver gráficos producidos con determinada calidad. Aquí, el fabricante apuesta por lo que llaman “Inmersión Total”, y se debe desde ya decir que, si aún no lo han conseguido todo, están claramente en el camino correcto.
Y es que hasta la irrupción de HTC Vive, la Realidad Virtual era algo casi totalmente enfocado en los videojuegos, y como tal, podías estar sentado la mayor parte del tiempo. Claro, podías (y debías) mover la cabeza, y si te apetecía, te podías poner de pie. Pero tus movimientos en este mundo virtual estaban siempre ligados a tu cabeza y tus manos.
Todo cambia ahora con la introducción de dos pequeños dispositivos. Cambia la experiencia virtual, pero seguramente también cambiará la manera física que tendremos de interactuar con ella.
Los Vive Tracker son unos dispositivos que se ubican en cada pie, todo para que tus extremidades inferiores entren también en juego. Si antes se criticaba a los videojuegos porque estos estimulaban una vida sedentaria, ahora aquello cambia radicalmente. Tus pies son y deben estar activos, moviéndolos constantemente.
Provistos de un también nuevo Headset llamado Deluxe Audio Strap (que incluye unos audífonos que se ajustan muy bien), los ya conocidos controles manuales y, por supuesto, los Vive Tracker, probamos un demo en el cual nos metíamos en un escenario propio del Parque Jurásico. A poco andar, comenzábamos a ser atacados por velociraptors pequeños y grandes, a los cuales podíamos evidentemente disparar, pero también patear. Los gráficos eran muy nítidos, y literalmente podíamos ver nuestras propias piernas alzándose y pateando como el mejor Chuck Norris… Bueno, quizá no tan alto, pero el efecto era efectivamente muy real.
Por unos diez minutos, disparamos y pateamos a velociraptors que daba gusto, levantándolos por los aires a una altura —de seguro— un tanto exagerada. Después de unos minutos, estábamos agitados y sudando, como si hubiésemos tenido una breve sección de zumba, y con la excitación aún en la mente.
No hay que ser un profeta para saber que los Vive Tracker tendrán mucho futuro. Y como hemos dicho antes, la inmersión en la realidad Virtual seguirá progresando y siendo cada vez eso: más inmersiva. Patrick SayBold, Vice-Presidente de Comunicación y Redes Sociales de Vive, nos dijo que las posibilidades serán ahora interminables. Por supuesto, nos aseguró la creación de un futuro juego de fútbol, en el cual podremos por fin patear «Real-Virtualmente» los balones.
Al finalizar, comentamos a Patrick dos cosas que quizá habrá que mejorar. Una de ella tiene que ver con los soportes que adhieren los Vive Track a los pies. Las que probamos tenían una especies de pinzas metálicas que, al cabo de nada, provocaban un molesto dolor en los empeines. Quizá una especie de correa que rodee el calzado sería mejor. Otra cosa fue que, al moverse y sudar, el headset acaba empapado. Por ello, el uso de algún material de tela será claramente necesario.
Los Vive Track pueden también usarse en otros mandos, como pistolas y metralletas. Lamentablemente, no pudimos probarlas en estos, pero es evidente que dan más posibilidades.
El Vive Tracker y el Deluxe Audio Strap saldrán a la venta en junio, aproximadamente. Su precio aún no lo conocemos.