El nuevo brote de ébola que asola África, donde se registraron casos del mortal virus tras el fallecimiento de una enfermera en Guinea, revive una investigación publicada en 2016 por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos que relaciona la transmisión del virus al contacto con el semen de pacientes recuperados incluso un año después de contraer la enfermedad.
Por ahora, investigadores del Ministerio de Salud de Guinea rastrean el contagio del virus entre las personas que asistieron al funeral comunitario de una enfermera el pasado 1 de febrero. Se sabe que siete de las personas que participaron en la ceremonia dieron positivo; tres han muerto y el resto se mantiene aislada y en vigilancia.
El ébola es un virus sumamente contagioso que se transmite a humanos a través de animales infectados. Los expertos consideran que el principal medio de contagio es el consumo de carne de animales silvestres.
Sin embargo, una vez que infecta a un humano, el virus se manifiesta con diarrea, vómito y sangrado. Estos fluidos, a los que también se suma la saliva, el sudor, la orina, el líquido amniótico, la leche materna y el semana, contribuyen a la propagación del ébola.
El rastreo en humanos se torna complicado, porque como ocurre en el caso de otros virus asintomáticos, un paciente puede ser portador del ébola y transmitirlo a través de su semen sin que lo sepa.
Esto fue lo que demostró el estudio realizado por los CDC y publicado por The Lancet, que revisó datos de 429 pacientes en los que encontró que el 63 por ciento dio positivo hasta un año después de haberse recuperado de la enfermedad. El surgimiento de esta evidencia significó la promoción del condón como un método efectivo para impedir la propagación del ébola.
Por ahora, el Ministerio de Salud de Guinea acelera el rastreo y aislamiento de casos para evitar un brote de ébola similar al ocurrido entre 2013 y 2016, que cobró la vida de 11,300 personas.