Un terremoto de 9.5 grados y un posterior tsunami con olas de hasta 20 metros (66 pies) devastaron Sudamérica hace 3,800 años. La investigación sobre la costa del Pacífico fue documentada por científicos de la Universidad de Chile y publicada en la revista Science Advances.
El movimiento se produjo en el norte de Chile, cerca de la frontera con Perú, por el contacto de las placas de Nazca y Sudamericana. Las olas ingresaron por el litoral del desierto de Atacama, el más árido del mundo y hogar de los observatorios astronómicos más modernos del planeta.
“La elevada magnitud alcanzada por este terremoto y tsunami causó un impacto tal, que pudo haber diezmado fuertemente las poblaciones costeras”, informó la institución. Después del cataclismo, los científicos advirtieron “cambios importantes en los modos de vida humana”.
El arqueólogo Diego Salazar explicó que el “evento pudo generar una mortalidad muy alta entre las personas”. La hipótesis estableció que tal vez motivó también “la migración de una cantidad importante de personas a otros territorios”.
A su vez, el geólogo Gabriel Easton dio cuenta de antiguas playas (“paleoplayas”) situadas a alturas de entre 4.0 y 7.0 metros (13 y 23 pies) del mar. Su formación “no puede ser explicada por cambios globales del nivel del mar, sino por levantamiento tectónico como producto de grandes terremotos”, fundamentó.
En su exploración geoarqueológica, el académico también registró señales del terremoto en el suelo del desierto de Atacama. “Lo que vemos acá es una grieta que afecta las capas arqueológicas que llegan a una edad de aproximadamente 4,000 años”, apuntó.
Según la Universidad de Chile, el cataclismo produjo cambios drásticos en las formas de habitar y relacionarse de las comunidades costeras a lo largo de cientos de kilómetros. En palabras de Salazar, “después de la ocurrencia del evento, siguen habiendo personas en el territorio, pero con menos densidad”.
“En los 1,000 años siguientes, parece recuperarse la población, porque reaparecen los cementerios, los sitios son más grandes y numerosos, lo que sugiere que se comienza a recuperar la demografía. Pero los asentamientos y los cementerios los ubican a mayor altura y a mayor distancia de la costa respecto de lo que sucedía antes del evento”, añadió.
El terremoto y tsunami de hace 3,800 años tuvo una magnitud similar al mayor jamás registrado en la ciudad chilena de Valdivia en 1960. Salazar indicó que “es probable que, en escalas de tiempo mayores, los terremotos ocurrieron con magnitudes que no tenemos registradas y para las puede que no estemos tan bien preparados”.
Finalmente, el estudio sugirió la posibilidad de que ocurra un terremoto de magnitud similar en la costa del norte de Chile. “Los planes de manejo tienen que calibrarse en función de esa posibilidad, en miras de la reducción del riesgo de desastres”, cerró el experto.