Dolores del Río tuvo una carrera que abarcó tres décadas y dos continentes, y es considerada la primera actriz latinoamericana en llegar a tener un papel relevante en Hollywood y abrir la brecha para las próximas generaciones de actores y actrices hispanos.
Su carrera como actriz comenzó cuando el cineasta estadounidense Edwin Carewe la convenció de que se mudara a California, cautivado por su belleza y talento. «Una vez allí», dice Google, «la carrera de actuación de Del Río la establecería como una figura icónica durante la Época de Oro del cine mexicano«.
Apenas un año después de su primera película, el primer éxito importante esta actriz llegó en 1926 gracias a la película “What price Glory”. Cuando la industria del cine pasó de películas mudas a habladas en la década de 1930, Dolores obtuvo papeles protagónicos, y apareció en películas con estrellas como Fred Astaire y Ginger Rogers. Posteriormente regresó a México, donde rápidamente se convirtió en una de las principales actrices de la industria cinematográfica mexicana.
Del Río también es recordada por su filantropía y por su papel como defensora de las artes. Fue la primera mujer en participar en el jurado del Festival de Cine de Cannes, y cofundadora de la Sociedad para la Protección de los Tesoros Artísticos de México, un grupo dedicado a la preservación de edificios históricos y obras de arte en su país de origen. En 1970, ella ayudó a abrir un centro para proveer cuidado de niños para los miembros del gremio de actores mexicanos, que aún está vigente y lleva su nombre.
Una pionera para las mujeres en Hollywood, y la primera en lograr un exitoso “crossover” al mercado angloparlante, el legado de Dolores Del Río perdura en el cine americano y latinoamericano y por ello ocupa hoy la página de inicio del buscador más popular alrededor del mundo.
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