En su posición de filántropo, Bill Gates tiene más libertad de dar su opinión sobre determinados asuntos. En una entrevista para Wired, describió el intento de compra de TikTok por parte de Microsoft como un poisoned chalice, es decir, un «regalo envenenado».
“¡Quién sabe que va a pasar con este acuerdo!”, enfatizó el cofundador de la mítica empresa de software. Añadió que ser un gran competidor en el negocio de las redes sociales “no es un juego simple”, y que la firma tendría que lidiar con un nivel completamente nuevo de moderación de contenido.
El 6 de agosto de 2020, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó las órdenes ejecutivas no solo para cesar la actividad de TikTok en Estados Unidos en 45 días, sino también la de WeChat, un desarrollo de mensajería instantánea que es utilizado por personas para comunicarse con familiares en China. El argumento: la amenaza que suponen para la seguridad de sus ciudadanos.
La compra de TikTok por parte de una compañía estadounidense se ha puesto como alternativa para que siga con sus operaciones en aquel país. Además del interés de Microsoft, se supone que Twitter también alzó la mano para hacerse de las operaciones de la plataforma en Estados Unidos.
En respuesta, la firma de ByteDance interpondrá una demanda federal contra la administración de Trump el próximo 11 de agosto, principalmente porque su orden ejecutiva no tiene fundamento, “únicamente reitera la retórica sobre China que ha estado dando vueltas”.
Antes de que Trump hiciera realidad sus amenazas contra TikTok, la plataforma de videos cortos declaró que no iría a ninguna parte, que “está aquí (en Estados Unidos) para el largo plazo”.