Fue en 2015 cuando se creó OpenAI, una organización sin fines de lucro que tiene como principal objetivo estudiar y contribuir al desarrollo de la Inteligencia Artificial.
Ese mismo 2015, Elon Musk y varias otras personalidades de la ciencia y la tecnología aportaron varios millones de dólares para esta ONG, que fue criticada en un reportaje del MIT Technology Review, por sucumbir «a una competitividad feroz y una presión cada vez mayor para que cada vez más fondos erosionen sus ideales fundacionales de transparencia, apertura y colaboración».
Y ante el tuiteo de la periodista Karen Hao, que reporteó el tema, Elon Musk deslizó su postura al respecto.
Primero dijo que abogaba por una «OpenAI más abierta y transparente», para luego agregar que «toda la Inteligencia Artificial debería ser regulada, incluso la de Tesla».
OpenAI should be more open imo
— Elon Musk (@elonmusk) February 17, 2020
Cuando se le preguntó si la regulación debería provenir de gobiernos individuales u organizaciones globales como la ONU, Musk respondió «ambos».
OpenAI con sede en San Francisco, según establece en sus misma misión, se define como una ONG que lo que quiere «es garantizar que la inteligencia general artificial (AGI), con lo que nos referimos a sistemas altamente autónomos que superen a los humanos en el trabajo más valioso económicamente, beneficie a toda la humanidad. Intentaremos construir AGI seguros y beneficiosos directamente, pero también consideraremos nuestra misión cumplida si nuestro trabajo ayuda a otros a lograr este resultado».
En 2017, OpenAI anunciaban que Elon Musk dejaba la junta directiva de la organización sin fines de lucro, para no ver un potencial conflicto de intereses con Tesla.
También es bueno recordar que en una entrevista en 2014, el CEO de Tesla manifestó que la IA «es nuestra mayor amenaza existencial».
“Creo que deberíamos tener mucho cuidado con la inteligencia artificial. Si tuviera que adivinar cuál es nuestra mayor amenaza existencial, probablemente sea eso. Así que debemos ser muy cuidadosos ”, dijo Musk en esa oportunidad. «Me inclino cada vez más a pensar que debería haber alguna supervisión regulatoria, tal vez a nivel nacional e internacional, solo para asegurarme de que no hacemos algo muy tonto».
Un concepto por lo visto que ya tenía en mente hace años.