A finales del 2017, un informe alborotó el avispero con respecto a Apple por el hecho de que se reveló que la empresa hacía más lentos los iPhone viejos, (incluyendo el iPhone 7) a propósito.
Muchas personas consideraron esto como una muy mala práctica por parte de Apple, una empresa que casi nunca ha tenido problemas de imagen, sobre todo con respecto a su producto más insignia.
Y a pesar de que Tim Cook salió a decir que en la próxima actualización de iOS 11 el usuario podría decidir si la vida de la batería disminuye en el dispositivo por cuestiones de rendimiento del celular, la controversia sigue en pie.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (Security and Exchange Commission o SEC por sus siglas en inglés), han decidido investigar a Apple por esta práctica.
El gobierno ha pedido información de la compañía según fuentes de Bloomberg. Las fuente de esta publicación indican que la investigación es privada y que se encuentra en sus primeras etapas y que por eso no se sabe aún si se ejecutará una investigación más a fondo.
Ni la SEC ni Apple quisieron hacer comentarios al respecto.
La desaceleración del celular sucede cuando la batería alcanza un punto de rendimiento especificado por Apple. En respuesta a la controversia, la empresa anunció a finales del año pasado que los usuarios de estos celulares podrían recibir un remplazo de batería por $30 dólares, lo cual constituye un descuento significativo de $50 dólares.
Aun así, la imagen de la empresa está en entredicho. No en vano varias personas ya han demandado a la empresa en diferentes Estados de los Estados Unidos y esta investigación podría marcar precedentes para la industria de telefonía móvil. Sin duda los efectos de esta investigación serán examinados alrededor del mundo y sobre todo, por los millones de usuarios de iPhone.