La descripción es de pesadilla. Un depredador del tamaño de un hipopótamo o rinoceronte, con su respectivo peso, pero la agilidad de un depredador de menor tamaño. Esa combinación de horror podría ser la correspondiente a un Anteosaurus, los reptiles que dominaron la Tierra antes que los dinosaurios hace 260 millones de años y que por mucho tiempo han sido considerados como depredadores lentos.
“Esto contradice lo que sabíamos sobre los Anteosaurus”, destaca Ashley Kruger, paleontóloga del Museo de Historia Natural de Estocolmo y una de las firmantes de una nueva investigación publicada en la revista Acta Palaeontologica Polonica que señala que el Anteosaurus habría sido más temible de lo que se pensaba.
La paleontóloga cuenta que las conclusiones fueron posibles tras realizar varios análisis a tomografías computarizadas de segmentos de cráneos de Anteosaurus A. Magnificus hallados en Sudáfrica. El estudio consistió en comparar los cráneos del temido depredador con los de su pariente herbívoro Moschognathus Whaitsi y, posteriormente, con el oído interno de otros animales modernos.
Al revisar los resultados, los investigadores encontraron que los canales auditivos del Anteosaurus eran más amplios que los de su contraparte herbívora y que la posición de la cabeza era más nivelada.
Estos hallazgos, señalan la paleontóloga, dan cuenta de que el Anteosaurus era un depredador ágil, con capacidad de moverse rápidamente y rastrear a sus presas.
El hallazgo resultó tan relevante en la comprensión de las características del Anteosaurus que otros paleontólogos ya tienen algunos comentarios.
“Son conclusiones razonables, pero no constituyen una prueba irrefutable de que los Anteosaurus fueran veloces”, señala el paleontólogo Z. Jack Tsent de la Universidad de Berkeley en California. El experto cuestiona que el estudio se haya basado en el análisis de los oídos internos de mamíferos modernos, parientes lejanos del grupo de reptiles que incluye a los Anteosaurus.