95% de los estadounidenses comparten al menos seis contraseñas con amigos o familiares, a pesar de que la mayoría de las personas reconocen que esto es una muy mala práctica.
Esto es según una encuesta realizada por LastPass a sus usuarios, la cual se dado a conocer hoy en un blog publicado por Amber Gott. La misma incluye una infografía de los resultados.
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La gran mayoría de las contraseñas, resulta que no se comparten en línea. Por el contrario, 74% de las contraseñas se compartieron verbalmente. 15% fueron compartidas de forma escrita, como en los viejos tiempos, usando lápiz y papel. El otro 10% fue realizado a través de los servicios de mensajes de texto, correo electrónico y gestión de contraseñas combinadas.
Ahora en lo que respecta a la práctica generalizada de compartir las contraseñas, los servicios streaming como Netflix y HBO suman un 48% de los usuarios, admitiendo haber compartido las contraseñas de televisión o película en tiempo real.
Las contraseñas de Wi-Fi son las más comunes, con un 58% de encuestados afirmando que comparten la contraseña para que sus clientes tengan acceso a Internet.
Pero los resultados más resaltante fueron las contraseñas de información financiera, el 43% de los usuarios dice haberlas compartido.
«Lo más sorprendentemente, sólo el 19 por ciento de los encuestados dicen que no comparten las contraseñas que pondrían en peligro su identidad o información financiera,» Gott escribió en el post. Esto que significa que 81% de los participantes compartirían esas contraseñas.
Las cifras incluyen compartir contraseñas con los familiares, lo que debería hacer que la cifra total sea un poco menos sorprendente. 76% de los usuarios comparten las contraseñas con un cónyuge, pero sólo el 26% lo hace con sus hijos. Por otro lado, las personas son más propensas a compartir las contraseñas con un compañero de trabajo (22%) que un amigo (16%).
En cuanto el tipo de contraseña, el 58% señalaron haber reutilizado las mismas en otros lugares, algo que cada experto en seguridad aconseja no hacer.
Lo que es peor, el 73% admiten no haber cambiando las contraseñas después de haberlas compartido, es decir, los problemas potenciales de seguridad podrían aparecer en cualquier momento.
Por último, las personas más jóvenes son las más propensas a compartir contraseñas: el 40% de las personas entre 18 y 29 años confían en sus amigos. Mientras que sólo el 15% de las personas entre 30 y 44 dicen lo mismo.