“Estimada Sra. [nombre editado] Temo informarle que esta carta tiene malas noticias. Quizás recuerde haber escuchado en las noticias sobre un sitio web llamado ‘Ashley Madison’ que fue hackeado el verano pasado. Ashley Madison es un sitio que facilita el encuentro de personas que quieren cometer adulterio. Los hackers publicaron en detalle los nombres y direcciones de las personas que se habían suscripto a ese servicio […] Lamento decirle que su marido el Sr [nombre editado] es una de las personas en esa lista”.
Así comienza una carta enviada a la mujer de una de las personas que apareció en la lista publicada por el grupo Hacker Impact Team, el grupo que hackeó el sitio Ashley Madison.
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Por supuesto, no es la primera vez que aparece una noticia de chantaje relacionado al escándalo del sitio para infieles. La facilidad para contactarse con alguno de los afectados y solicitar dinero a cambio de silencio es una tentación muy grande para algunos oportunistas sin escrúpulos.
En su sitio web, el periodista especialista en seguridad Graham Cluley había publicado en diciembre del año pasado una carta que había recibido de una de las personas de la lista de Ashley Madison en la que un chantajista exigía $4,167 dólares para no informar a sus seres queridos sobre su aparición en la infame lista.
La novedad de la nueva carta, que también publica Cluley en su sitio, es que no está dirigida al supuesto adúltero, sino a su mujer. La amenaza es parecida: si no se envía el dinero exigido, el anónimo criminal informará a personas cercanas al matrimonio acerca del “inconveniente” hecho de que el marido era miembro de Ashley Madison.
Esta vez la suma solicitada fue de $2,500 dólares a pagarse en moneda bitcoin para que sea más difícil rastrear al chantajista, aunque no imposible.
Y la carta tiene un párrafo dirigido al marido por si la intercepta, advirtiéndole que tiene una última oportunidad de hacer las cosas bien.
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Graham Cluley aconseja no pagar al chantajista y compartir la carta con las autoridades locales (pidiéndoles discreción). Al pagar, el chantajeado está informando que tiene dinero y que está dispuesto a usarlo a cambio de silencio, pero ¿qué es lo que quiere el chantajista? Dinero. ¿Y qué hará luego de recibir el dinero? Pedirá más dinero. Es un circulo que no tiene fin.
Además el chantajista no tiene ningún interés personal en informar a alguien que su marido o mujer lo está engañando. Lo único que quiere es dinero, así que si no recibe el dinero exigido, buscará otra persona más desesperada y menos informada que sí se lo dará.