Xiaomi lanzó una nueva hornada de Smart TV que, como todo lo que hace la empresa, ofrecen una calidad muy interesante a un precio competitivo. En esta ocasión tuve la oportunidad de probar la Xiaomi Mi TV P1 de 55 pulgadas, un televisor equipado con Android TV 10, Dolby Vision, HDR10+ y procesado de sonido Dolby Audio y DTS-HD.
¿Tendrá este equipo lo necesario para posicionar a la firma en un buen lugar dentro del mercado de las teles? Saldremos de dudas.
Diseño
Xiaomi hizo un buen trabajo de diseño en este televisor, ya que además de contar con unos biseles mínimos, es bastante delgado, por lo que queda perfecto en cualquier rincón de la casa. Eso sí, no ofrece soporte para colgarlo en pared, por lo que debemos ubicarlo en una superficie sobre sus patas.
A diferencia de otras televisiones de la competencia que para utilizarlas solo hay que acoplarlas a la base o a las patas, las de la nueva Xiaomi Mi TV P1 van atornilladas. Esto no es lo ideal, pero incluye el destornillador con la caja y es relativamente sencilla de montar incluso sin ayuda.
Las patas están construidas en plástico (lo esperado en un televisor de su precio) aunque a simple vista dan sensación de calidad. Es importante tener en cuenta que no se pueden regular ni en altura ni en inclinación.
En el centro del televisor, en el marco inferior, se encuentra el logotipo de Xiaomi y detrás de este, escondido bajo la base del televisor, el botón de encendido. Esta ubicación quizás sea la mejor en cuanto a términos estéticos del producto, pero cuando la configuramos por primera vez (y si no sabemos dónde está el botón) es posible que nos cueste encontrarlo.
Configuración y software
La configuración inicial de la Mi TV P1 es muy sencilla. Como decíamos más arriba, la primera vez que la enchufas a la corriente debes pulsar el botón de encendido, que se sitúa debajo del logo de Mi para que empiece a funcionar.
Luego, solo necesitas emparejar el mando con el televisor y conectarlo al wifi para que se actualice. Y sí, otra de las ventajas de esta tele es que no necesitas apuntar con el control hacia ella, pues gracias a la conectividad Bluetooth responde desde cualquier punto de la habitación.
Además de contar con su propio software (del que hablaré a continuación), este televisor tiene un Chromecast incluido, por lo que es posible lanzar contenidos del móvil al televisor con solo tener ambos dispositivos conectados a la misma red wifi. Si vinculas tu cuenta de Google, algo que te recomiendo encarecidamente, el televisor se vinculará de manera automática a los dispositivos de tu cuenta de Google.
También es compatible con Google Assistant (de hecho, tiene un botón dedicado en el control, aunque se puede invocar al asistente con un comando de voz). El televisor detecta tu voz hasta a tres metros de distancia; puedes pedirle a Google Assistant que apague el televisor, que cambie de canal o que suba o baje el volumen.
Así como la opción de Chromecast, el televisor cuenta con una capa de personalización. Esto significa que además de estar basado en Android TV de serie encontramos PatchWall como sistema operativo. Se trata de una interfaz muy limpia que nos ayuda a ubicar de manera sencilla y rápida las aplicaciones y contenidos en secciones.
Puedes usar o no PatchWall cuando quieras, solo debes pulsar el botón Mi del mando. Además, desde los ajustes del televisor puedes configurarlo como herramienta de inicio si preferimos este orden y diseño en lugar del de Android TV.
El chip de este sistema operativo es un MT9611 acompañado de 2 GB de RAM, que le otorga conectividad HDMI 2.1 a este televisor.
La experiencia de uso con este televisor es excelente. A diferencia de otras marcas, el sistema operativo corre fluido, todo se abre de manera ágil, es intuitivo y las transiciones son un visto y no visto. Hay un buen trabajo de optimización que, como usuario, se agradece muchísimo.
Calidad de imagen y sonido
El panel del televisor es un LED panorámico, uno habitual de la gama media que en el caso de este televisor da una experiencia de visualización muy buena. Se adapta al formato reproducido de manera fluida, los colores se ven muy naturales y el nivel de brillo es excelente. Si bien la tele llega calibrada de fábrica, realizar algunas variaciones en los ajustes ayuda a mejorar la experiencia.
El panel es 4K con resolución de 3,840 x 2,160 pixeles, y además cuenta con HDR10+ y Dolby Vision, esto último es algo menos habitual en los televisores de su rango y sin duda se nota tanto en el nivel de contraste como en la sensación de calidad.
El sonido no es el fuerte de este televisor. Si bien su doble altavoz de 10 W suena bastante alto, el audio no es del todo limpio (sobre todo cuando se sube volumen), pero es algo que apenas se aprecia cuando reproducimos contenido.
Conclusiones
Este televisor será un gran rival en la gama media incluso contra veteranos como Samsung o LG. Su mejor carta en el juego será su relación calidad-precio: como has podido comprobar, tiene un diseño excelente, una pantalla que cumple con creces y un sistema operativo que convierte la experiencia de uso en una delicia. Si bien es cierto que tiene carencias en algunos puntos como en el sonido, debemos tener en cuenta que su precio inicia en 229 euros para el modelo de 32 pulgadas; el que probamos, de 55 pulgadas, cuesta 649 euros.