La tecnología de carga inalámbrica requiere que los dispositivos móviles estén apoyados sobre una almohadilla que genera electricidad por inducción, es decir creando un campo electromagnético que solo es eficiente hasta 4 centímetros de distancia. La compañía «startup» israelí Wi-Charge , quiere dejar de lado las limitaciones con un nuevo producto del mismo nombre y cuya solución es tan sencilla como cambiar una bombilla eléctrica.
La tecnología que Wi-Charge se encuentra desarrollando se basa en rayos de luz infrarroja que transmiten electricidad desde un transmisor instalado en el techo o pared, y enviada a cualquier dispositivo móvil que cuente con un receptor.
Wi-Charge puede ser usado en lugares públicos o en el hogar y entrega automáticamente hasta 10 vatios de energía en un radio de más de 18 pies (9 metros) para cargar uno o varios dispositivos a la vez, sin necesidad de utilizar cables.
La compañía asegura que la luz infrarroja (invisible para los humanos) no representa ningún daño para la salud.
Llegará al mercado en el 2016 y podrá ser adaptado a cualquier aparato que requiera recarga de sus baterías.