Controlar la presión de neumáticos puede parecer una tarea sencilla, similar a asegurarse de que hay suficiente gasolina en el tanque. Sin embargo, lo creas o no, es algo que a menudo se va pasando por alto, sobre todo a medida que nos vamos enredando en nuestras rutinas diarias.
- FORMAS DE VERIFICAR LA PRESIÓN DE LOS NEUMÁTICOS
- PASO 1: DETERMINAR LA PRESIÓN CORRECTA DE LOS NEUMÁTICOS
- PASO 2: COMPROBACIÓN EN LOS LADOS DEL NEUMÁTICO
- PASO 3: QUITA LA TAPA DE LA VÁLVULA DEL NEUMÁTICO
- PASO 4: HAZ UNA LECTURA
- PASO 5: LEE LOS NÚMEROS
- PASO 6: REPETIR
- PASO 7: RELLENA, SI ES NECESARIO
- A PROPÓSITO DE LOS NEUMÁTICOS INFLADOS CON NITRÓGENO
Las diferentes estaciones del año conllevan cambios de temperatura ambiente, que pueden hacer que tus neumáticos se comporten de una manera muy diferente. Por ejemplo, la presión del aire de tus neumáticos puede expandirse o contraerse según el uso y la temperatura ambiental, alterando el material, el comportamiento de tus neumáticos y, por lo tanto, la respuesta de tu carro. Por un asunto de seguridad, es crucial controlar la presión de las ruedas antes de manejar. Si nunca has revisado la presión de tus neumáticos, no te preocupes, mira que no es nada del otro mundo. Además, para eso estamos aquí.
FORMAS DE VERIFICAR LA PRESIÓN DE LOS NEUMÁTICOS
Hay varias formas de verificar la presión de los neumáticos en tu vehículo. Si tienes un automóvil fabricado alrededor o después de 1986, existe la posibilidad de que vengan con un sistema de monitoreo de presión de neumáticos (tire-pressure monitoring system, TPMS). Esta posibilidad aumenta a medida que los autos se vuelven más nuevos. Por ejemplo, los EE.UU. vieron su primer automóvil equipado con TPMS en 1991, cuando General Motors equipó su Chevrolet Corvette con el sistema. Si tu carro fue fabricado después de septiembre de 2007, éste cuenta con TPMS sin ninguna duda.
¿Qué hace el TPMS? Te avisa automáticamente a través del icono del tablero si tienes demasiado o muy poco aire en tus ruedas. Algunos de los sistemas son particularmente rudimentarios, con una única luz que —simplemente— te avisa que alguno (o todos) los neumáticos no tienen la presión adecuada. Por suerte en los vehículos más recientes equipados con sistemas de infoentretenimiento o computadoras de viaje integradas en el clúster, existen sistemas de TPM más completos, los cuales te informan de la presión (aproximada) de cada rueda.
Si tu vehículo no tiene un sistema de TPM, o si no muestra la presión de las ruedas individualmente, necesitarás revisar tus neumáticos a la antigua usanza. En primer lugar, deberás adquirir un manómetro de presión de neumáticos. Estos pueden encontrarse fácilmente en estaciones de servicio o cualquier tienda de piezas de automóviles. La mayoría valen solo unos pocos dólares, y el más caro debiera situarse entre los $20 y los $30 dólares.
Estos son los dos tipos más comunes de manómetros de neumáticos, analógicos y digitales:
PASO 1: DETERMINAR LA PRESIÓN CORRECTA DE LOS NEUMÁTICOS
El manual del propietario te indicará las lecturas de presión adecuadas de tu vehículo. También, en la mayoría de los automóviles, la información de la presión de los neumáticos está impresa en una pegatina colocada en el interior del marco de la puerta.
PASO 2: COMPROBACIÓN EN LOS LADOS DEL NEUMÁTICO
Lee también los lados del neumático, y compara la información proporcionada con las cifras del manual del propietario. Aquí es donde debería estar la presión de los neumáticos de tu automóvil.
PASO 3: QUITA LA TAPA DE LA VÁLVULA DEL NEUMÁTICO
Accede a cualquiera de las cuatro ruedas y quita la tapa de la válvula del neumático.
PASO 4: HAZ UNA LECTURA
Toma el manómetro y colóquelo en la punta del vástago de la válvula con el extremo receptor. Presiona por unos segundos, hasta que escuches el silbido del aire saliendo del neumático. No te aflijas, que esto es completamente normal.
PASO 5: LEE LOS NÚMEROS
Comprueba los números del manómetro, a menudo señalados como “libra por pulgada cuadrada” o psi. Compara estos números con la presión recomendada de los pasos 1 y 2.
PASO 6: REPETIR
Repite este proceso en cada rueda, incluyendo la de repuesto, asegurándote así que todas las ruedas de tu vehículo estén presurizadas adecuadamente.
PASO 7: RELLENA, SI ES NECESARIO
Si la rueda tiene muy poco aire, puedes rellenarla con un compresor de aire o una bomba manual comprada en alguna tienda. Alternativamente, puedes pasar por tu gasolinera local y usar la bomba de aire que allí tienen a cambio de algunos pocos dólares.
Por lo general, las bombas de aire en las estaciones tienen un manómetro de presión incorporado, el cual te notifica sobre la presión del neumático que estás inflando en ese momento. Ojo, que por experiencia sabemos que no dan números del todo correctos, por lo que siempre lleva contigo tu propio manómetro.
A PROPÓSITO DE LOS NEUMÁTICOS INFLADOS CON NITRÓGENO
Si tu automóvil estuvo en un Centro de Neumáticos de Costco, o incluso en algún otro concesionario, existe posibilidades de que sus neumáticos se hayan inflado con nitrógeno puro. La razón para usar nitrógeno es que éste resulta menos volátil que otros gases, incluido el oxígeno. Cuando el aire se calienta, su masa se expande y se vuelve menos densa y cuando se enfría, su masa se contrae y se vuelve más densa, lo que afecta positivamente la presurización de los neumáticos. El inflado de nitrógeno se identifica por el uso de una tapa verde en el vástago de válvula, en lugar de la típica tapa de color oscuro. A pesar de que se recomienda no inflar los neumáticos de nitrógeno con aire normal, no provocarás un daño real si necesitas aumentar la presión de tus neumáticos en unos pocos “psi” y solo tienes acceso a aire normal.
También puedes inflar tus neumáticos “normales” con nitrógeno, si así lo deseas. Sin embargo, ten presente que las tiendas especializadas te cobrarán hasta $30 dólares por neumático, vaciando cada uno por completo e inflándolo después con nitrógeno. Si compraste tus neumáticos en Costco, estos ofrecen recargas de nitrógeno gratis como parte de su política de atención al cliente.