Uno no controla realmente los designios del destino, y desde luego, resulta muy complicado vaticinar a ciencia cierta cómo será nuestro futuro, aunque nos hayamos empeñado en configurarlo en una dirección. Nos trasladamos a Dublín, donde la vida pasa tan lenta o deprisa como en el resto del mundo, pero un lugar en el que Ben McCarthy labra su futuro en torno al iPhone. Este joven desarrollador es el creador de Obscura, una aplicación de pago que sustituye a la cámara nativa del iPhone y que ofrece al usuario prestaciones adicionales. Si estás pensando que se trata de una app más y un desarrollador más, te diremos que Obscura se ha mantenido durante semanas en el top-top de apps de fotos más descargadas y lo que resulta más interesante es que ha sido destacada por el exigente equipo editorial de la App Store durante meses.
Obscura, un enfoque diferente
Resulta complejo abrirse un espacio en el exigente entorno del desarrollo de aplicaciones, sobre todo en un segmento tan reñido como el de la fotografía, donde una nueva app tiene que verse las caras no solo con la propia aplicación nativa de cámara -optimizada al extremo para el dispositivo y accesible mediante un botón dedicado-, sino con decenas de laureadas apps que llevan ya tiempo en el segmento. Pero la creación de este irlandés se ha ganado un hueco con una fórmula que ha cuajado: “funciones de DSLR manejadas con una sola mano”. Sí, Osbcura logra exprimir el hardware de la cámara del iPhone otorgando plenos poderes al usuario y todo ello gestionado con una sola mano.
“Si la comparamos con una réflex, la capacidad de control que tienes sobre la cámara nativa es bastante limitada”, explica a Digital Trends en Español Ben McCarthy, “la cámara del iPhone solo te deja controlar el auto enfoque y la exposición, pero no tienes más control sobre otras funciones, y como necesitas tocar la pantalla para enfocar y controlar la exposición, resulta muy difícil con una sola mano”. McCarthy se refiere a las dos claves fundamentales de Obscura: su control con una sola mano y exprimir al máximo el potencial de la óptica del iPhone; la Control Wheel logra gestionar múltiples funciones (lo más cercano a una DSLR) con una sola mano.
Pero McCarthy nos recuerda que una app en sí no permite tomar mejor fotos que otra: “todas trabajan con el mismo hardware; lo que realmente marca la diferencia es cómo funcionan y cómo se sienten en la mano”, explica. Una app no consigue, por sí sola tomar mejores fotografías pero no cabe duda de que contribuye a ello: “creo que resulta complejo sacar una buena foto si no te sientes cómodo con tu equipo, y esto es lo que intento lograr con Obscura”. El eje central de la aplicación es la rueda de control, pero Obscura ofrece bastante más, como el obligado soporte RAW, control total del enfoque y la aplicación directa de todo un amplio catálogo de filtros (varios de ellos, de pago) que realmente marcan la diferencia.
“A better camera” (una cámara mejor) es su eslogan y personalmente no tardé en habituarme a esta cámara, accediendo a ella mediante el widget: Obscura me permitía tomar fotos más personales y abusar del blanco y negro -cuánto sentimiento encierra, en su carencia, este formato-. Pero si la aplicación en sí tiene mucho jugo, más aún lo tiene conocer la historia de este desarrollador, y en definitiva, la cara «b» de los programadores ¿millonarios? ¿Fracasados? Cada uno tiene su historia. Pero queríamos conocerla.
Culpable cuando no trabaja
Uno puede estar tentado en pensarlo: un desarrollador de una app de éxito ve todas las mañanas cómo su app ha sido vendida en diferentes puntos del globo y su ‘cheque’ a fin de mes va engordando; dinero que se hace a sí mismo, y en parte es así… ¿Lo es? “Una app da dinero las 24 horas del día, pero también es cierto que estás todo el rato pensando en ella”, responde McCarthy cuando le preguntamos si los desarrolladores nadan en dinero o pasan hambre. La libertad paga un peaje y en el caso de nuestro protagonista, es alto: “anoche estaba relajado viendo la tele y tuve que tomar el cuaderno para hacer algunas anotaciones”, explica, “y encontrar un sano equilibrio resulta complicado”. Dinero las 24 horas equivale a preocupaciones las 24 horas.
Con todo, este irlandés ha logrado algo que muchos ansían, y no resulta fácil: vivir de su aplicación enteramente. Ya no se trata de un ingreso extra ni unas horas adicionales dedicadas a un proyecto paralelo dentro de la jornada laboral: Obscura es ya su principal fuente de ingresos, aunque McCarthy se ríe cuando le sugiero que muchas veces, contemplamos a los desarrolladores de éxito como millonarios: “¡Ja! No somos millonarios ni de cerca”, aclara, “Obscura ha ido muy bien el último año, permitiendo pasar de un equipo de uno a un equipo de dos personas a tiempo completo”.
Este joven desarrollador nos recuerda que un 30 por cierto de los ingresos van directamente a Apple y del restante, “un buen pellizco se va a los impuestos, con lo que no queda mucho para repartirse entre dos”. Con todo, nuestro protagonista se siente muy afortunado y agradecido por haber logrado ser “financieramente independiente” y poder dedicarse por completo al desarrollo de apps.
Destacada por Apple
Y se ve que el esfuerzo ha dado sus frutos. No suele ser muy habitual que el exigente equipo editorial de la App Store se fije en una aplicación y la destaque, tiene que tratarse de un desarrollo especialmente cuidadoso y útil, y Obscura lo ha logrado. “Nos encanta que los editores de la App Store se fijen en nosotros”, explica McCarthy centrándose sobre todo en los beneficios a nivel de marketing que conllevan estas decisiones: “hemos probado distintas acciones de marketing pero la mayoría de las ventas provienen de la gente que nos descubre en la App Store”, explica.
Pero estar en una tienda de aplicaciones paga también un alto precio: el de las críticas. Muchos -la mayoría- de los comentarios suelen ser justos y cuando hay detractores suelen ser con una base real detrás, pero no siempre es así y esto puede resultar muy duro para un desarrollador. “Es fácil desanimarse con críticas muy duras”, aunque este irlandés destaca que la mayoría son justas y le encanta recibir sugerencias a través de los comentarios.
Esto no evita momentos más amargos: “a veces te encuentras con una valoración de una sola estrella criticando que la app no soporta vídeo y exigiendo la devolución del dinero”, explica McCarthy, “y yo pienso… ¡si en ningún momento hemos dicho que soporta vídeo! Y estos son los comentarios que duelen”.
Y para despedirnos, pedimos a Ben McCarthy que nos diga cómo resumiría el Brexit en tres palabras: “Una catástrofe slow-motion”.