Tras muchos años analizando teléfonos móviles, las personas siempre me hacen la misma pregunta cuando quieren que les aconseje: ¿qué móvil tiene la mejor cámara ahora mismo?
Y es que, junto con el precio, la calidad de la cámara del teléfono es uno de los puntos clave en los que se fija el consumidor a la hora de decantarse por uno de estos dispositivos. Sin embargo, a pesar de que hay todo tipo de opiniones acerca de lo que nos puede ofrecer la cámara de un teléfono en comparación con una cámara DSLR o una sin espejo, aún hay algunas cosas que –de momento– un teléfono no puede hacer.
Antes de enumerar estos aspectos debo recalcar que nada de lo que voy a decir implica que no se puedan tomar fotos de una calidad excelente con un teléfono móvil.
Zoom óptico
Si bien las cámaras de los dispositivos móviles cada vez ofrecen lentes de mayor tamaño y añaden características a sus ópticas que –hasta ahora– estaban reservadas para las cámaras como el zoom óptico, aún les queda un largo recorrido para alcanzar a estas. Hoy en día son muy pocos los teléfonos que ofrecen zoom óptico (que no se realiza mediante software recortando la imagen e interpolando píxeles como el zoom digital).
Un ejemplo claro de esto es hacer fotografías a cuerpos celestes como la Luna. Si bien hay dispositivos que ofrecen modos mejorados para tomar fotos astronómicas, los resultados se suelen quedar muy lejos de los que nos podría reportar una cámara con una lente teleobjetivo.
Desenfoque y bokeh
El término bokeh se ha vuelto tremendamente popular desde que los teléfonos móviles comenzaron a introducirlo en sus dispositivos hace unos años. Al desenfocar el fondo de una imagen hacemos que el sujeto situado en primer plano destaque y el término bokeh se refiere a la calidad de dicho desenfoque. Esto significa que para conseguir un buen bokeh no basta con que se desenfoque el fondo, sino que este desenfoque debe resultar armonioso y estético, algo que en general depende no solo de la técnica sino de la óptica de la cámara.
Los teléfonos móviles realizan este modo mediante software y, como es de esperar, no es del todo perfecto. En la mayoría de los casos el desenfoque suele ser muy poco natural y además, el recorte del sujeto respecto al fondo es bastante errático y no reconoce zonas como el cabello o incluso las lentes.
La cantidad de luz
Como decía unas líneas más arriba los teléfonos móviles tienen sensores cada vez más grandes, pero debido a su tamaño (el grosor) tienen limitaciones. El tamaño del sensor repercute directamente en la cantidad de luz que este puede tomar y, en consecuencia, cuanto más pequeño sea, más pronto nos encontraremos con la presencia de ruido en las tomas.
Si queremos conseguir fotos realmente nítidas pese a la ausencia de luz, las cámaras siempre nos van a reportar mejores resultados gracias a sus sensores de mayor tamaño y la velocidad de su obturador.
Dichos estos tres aspectos, cabe destacar que los teléfonos móviles tienen cámaras más que suficientes para que un usuario medio obtenga buenos resultados. Además, no debemos pasar por alto que las cámaras de los móviles, las aplicaciones de edición y de intercambio de archivos han permitido que estemos actualmente viviendo una democratización de la fotografía que hace veinte años hubiera sido impensable.