Un descubrimiento muy poco frecuente es el que realizaron investigadores utilizando el telescopio VISTA en los Andes chilenos. Los astrónomos fueron capaces de detectar 32 protoestrellas, que se mantienen en silencio durante largos períodos de tiempo antes de exhalar una nube de humo, según informan en un estudio publicado este viernes en el boletín mensual de la Real Sociedad Astronómica británica.
Estas estrellas que tiran humo son coloquialmente conocidas como «Viejas fumadoras», astros al final de su vida que adquieren en esta etapa un gran tamaño y una baja temperatura superficial. Son muy pálidas y rojizas, al punto de que «a veces no se las puede ver en absoluto», explica en un comunicado Dante Minniti, de la universidad chilena Andrés Bello.
Las «viejas fumadoras» estaban situadas en una región densamente poblada y rica en metales llamada Disco Estelar Nuclear: «Lo sorprendente de este nuevo descubrimiento es que estamos viendo estrellas que simplemente estaban ahí sin hacer nada en absoluto», explica el autor principal Philip Lucas, profesor en la Universidad de Hertfordshire del Reino Unido.
Luego, abruptamente, las estrellas se volvían entre 40 y 100 veces más tenues, a veces tan débiles que la visión infrarroja del telescopio apenas podía detectarlas. Un par de años después, aparentemente sin previo aviso, volvían a su brillo anterior.
«Todo lo que hemos podido averiguar sobre ellas sugiere que es un caso de estrellas arrojando bocanadas de humo, por razones que no entendemos completamente», dijo Lucas.
Se cree que esas bocanadas de humo ocultan temporalmente las estrellas a nuestra vista. Hay muchos otros «elementos pesados» -cualquier cosa más pesada que el hidrógeno y el helio- en esta región de la galaxia, lo que podría crear más polvo en la atmósfera de la estrella, subraya el astrofísico.