Rusia negó que su último lanzamiento espacial ruso, al que el gobierno de Vladimir Putin llamó «satélite inspector», tuviera una “características de un arma», como sostuvieron autoridades británicas.
Efectuada el miércoles 15 de julio, la operación se hizo pública al menos una semana después y es vista como un paso más en la militarización del espacio.
La tesis de una posible arma rusa fue planteada por el oficial al mando de los programas espaciales de Gran Bretaña, el vicemariscal del aire Harvey Smyth, según el reporte de Sky News.
En lo que fue calificada como “una inusual intervención” a través de Twitter, el uniformado dijo que las acciones de Rusia pueden «amenazar el uso pacífico del espacio”.
La estrategia del Kremlin, a su juicio, también “generaría desechos que representarían una amenaza para los satélites y los sistemas espaciales de los que depende el mundo».
Por lo mismo, Smyth hizo un llamado a Rusia para evitar este tipo de pruebas y “continuar trabajando de manera constructiva con otros socios como el Reino Unido para alentar un comportamiento responsable en el espacio».
Es la primera vez que el Ministerio de Defensa del Reino Unido critica públicamente las acciones rusas en la estratósfera, planteó el medio.
Una fuente ligada a la secretaría que pidió anonimato dijo que Moscú ha «cruzado una línea». Según propuso, “aunque Rusia realizó antes pruebas similares, nunca hizo una a esta escala. Este es un paso más hacia la carrera armamentista en el espacio. La guerra de las galaxias está más cerca de la realidad».
“Si un país puede derribar o deshabilitar su propio satélite, entonces podría hacer lo mismo con el de un enemigo. No es la primera vez que Rusia lleva a cabo una prueba de este tipo, y se teme que esté desarrollando un arma espacial”, reflexionó Sky News.
EEUU asegura tener evidencias
Las críticas no solo provinieron desde Europa, pues en Estados Unidos el jefe de la Fuerza Espacial, el general John Raymond, aseguró tener evidencias de que se trató de la «prueba no destructiva de un arma antisatélites».
«Moscú lanzó este objeto en las inmediaciones de otro de sus satélites, lo que es similar a la actividad en órbita realizada en 2017 e inconsistente con la misión declarada del sistema como satélite inspector», recalcó.
A principios de 2020, Washington advirtió sobre el «comportamiento inusual» de dos satélites rusos tras aproximarse a uno estadounidense. En esa ocasión, un aparato puesto en órbita en noviembre pasado, identificado como Cosmos 2543, se dividió en un segundo dispositivo.
Rusia: distorsionan la realidad
En tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que uno de los satélites había «realizado una verificación de una nave espacial rusa a corta distancia con el uso de pequeños aparatos especializados».
En una declaración pública, aseguró que la operación «no violó ninguna norma o principio de derecho internacional» y que Estados Unidos y el Reino Unido intentan «presentar la situación de manera distorsionada» para «desplegar armas en el espacio».
«Consideramos este último ataque antirruso como parte de una campaña de información iniciada por Washington centrada en desacreditar las actividades espaciales rusas», agregó el comunicado citado por la agencia de noticias Interfax.
* Actualizada el 24 de julio con declaraciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia