Los agujeros de gusano fueron popularizados por la exitosa película Interstellar, que incluyó al físico y premio Nobel Kip Thorne entre su equipo. Pero salieron a la luz por primera vez hace aproximadamente un siglo como soluciones extravagantes a la ecuación de gravedad de Einstein, como atajos en el tejido del espacio-tiempo.
La tarea definitoria de un agujero de gusano, sin embargo, puede abstraerse claramente como hacer que el espacio sea atravesable.
Y por eso resulta impresionante la creación del primer agujero de gusano experimental, la invención, realizada por un físico de la Universidad de Bristol, que le dio el nombre de «contraportación», proporciona el primer plan práctico para crear en el laboratorio un agujero de gusano que enlace el espacio de manera verificable, como una sonda en el funcionamiento interno del universo.
Al desplegar un novedoso esquema de computación, revelado en la revista Quantum Science and Technology, que aprovecha las leyes básicas de la física, un pequeño objeto puede reconstituirse a través del espacio sin que ninguna partícula se cruce.
El autor del estudio, Hatim Salih, investigador honorario de los Laboratorios de Tecnología de Ingeniería Cuántica (QET) de la universidad y cofundador de la empresa emergente DotQuantum, dijo: «Este es un hito por el que hemos estado trabajando durante muchos años. Proporciona un marco teórico y práctico para explorar nuevos rompecabezas duraderos sobre el universo, como la verdadera naturaleza del espacio-tiempo».
«Si se quiere realizar el contraportaje, se debe construir un tipo completamente nuevo de computadora cuántica: una sin intercambio, donde las partes que se comunican no intercambian partículas», dijo Hatim.
«A diferencia de las computadoras cuánticas a gran escala que prometen velocidades notables, que nadie sabe cómo construir, la promesa de las computadoras cuánticas sin intercambio de incluso la escala más pequeña es hacer posibles tareas aparentemente imposibles, como la contraportación, incorporando el espacio de una manera fundamental junto con el tiempo».
John Rarity, profesor de Sistemas de Comunicación Óptica en la Universidad de Bristol, dijo: «Experimentamos un mundo clásico que en realidad está construido a partir de objetos cuánticos. El experimento propuesto puede revelar esta naturaleza cuántica subyacente que muestra que las partículas cuánticas completamente separadas pueden correlacionarse sin interactuar. Esta correlación a distancia se puede utilizar para transportar información cuántica (qbits) de un lugar a otro sin que una partícula tenga que atravesar el espacio, creando lo que podría llamarse un agujero de gusano atravesable».