Una de las grandes trabas para la conquista del espacio es la siempre modesta tecnología con la que cuanta por la especie humana. Sin demasiados recursos, cualquier aventura más allá de la estratósfera es una verdadera utopía.
Si se trata, más concretamente, de asentamientos humanos en la Luna, los costos se disparan por todos lados. Por ejemplo, el solo traslado de especies desde la Tierra es un verdadero lujo: llevar apenas una libra (0.45 kilos) de peso demanda alrededor de $10,000 dólares.
Por lo mismo, hoy son muchos quienes buscan nuevas alternativas. Una idea que toma fuerza es la de crear nuevos materiales en el espacio y convertirlos en bloques, para luego ser usados como insumo en la edificación de estructuras.
Un grupo de investigadores europeos cree que puede construir bloques de un geopolímero de hormigón mezclando el material de la superficie del satélite terrestre, llamado simplemente “polvo lunar”, con el hidróxido de sodio y el agua de la orina.
En sus pruebas, investigadores de Noruega, España, Países Bajos e Italia, en cooperación con la Agencia Espacial Europea (ESA), probaron la mezcla como un posible material de impresión 3D, informó Digital Trends.
Experimentos realizados en el Østfold University College de Noruega descubrieron que sus muestras impresas son capaces de soportar grandes pesos, mantener su estructura e incluso sobrevivir a ciclos repetidos de congelación y descongelación.
“El geopolímero es un concreto que no utiliza cemento ordinario. Es deseable usar esto en la Luna, ya que es terriblemente costoso sacar algo de la Tierra. Dado que tiene un suministro limitado, necesitamos agregar algo para reducir la cantidad de agua que necesitamos para obtener buenas propiedades de flujo para las estructuras de construcción de impresión 3D», explicó la profesora Anna-Lena Kjøniksen.
Digital Trends explicó que los productos químicos no están disponibles en la Luna como sí se encuentran en la Tierra, pero la orina puede proporcionar una fuente abundante de un químico en particular, llamado urea, que es útil para romper los enlaces de hidrógeno.
Así lo analizó: “Romper los enlaces de hidrógeno en el polvo lunar reduce su viscosidad, haciéndolo más suave y flexible antes de que se endurezca. Esto, a su vez, hace que el material resultante sea más fácil de imprimir en 3D como una estructura, de la misma manera que los investigadores han explorado la impresión en 3D de edificios enteros en la Tierra”.
De acuerdo con la versión de Kjøniksen, “el siguiente paso es probar si podemos usar esto para la impresión 3D en el vacío. Además, vamos a probar la capacidad del concreto para detener la irradiación, que hay mucho más en la luna que en la Tierra… Si logramos desarrollar un concreto geopolímero que pueda imprimirse en 3D en el vacío y, aún así proporcionar propiedades mecánicas y de protección contra la radiación deseadas, esperamos que lo prueben en el espacio en el futuro».