La NASA tiene como objetivo construir una nave espacial especial capaz de guiar a la Estación Espacial Internacional a una posición segura de desorbitación cuando sea desmantelada en 2030.
Los detalles del plan se presentaron en los últimos días cuando la Casa Blanca publicó su solicitud de presupuesto para 2024.
La asignación propuesta de $ 27.2 mil millones para la NASA incluye $ 180 millones para comenzar el desarrollo de un llamado «remolcador espacial» diseñado para garantizar que la estación se queme de manera segura cuando ingrese a la atmósfera de la Tierra dentro de siete años, informó Space.com.
Sin embargo, el costo final del remolcador podría alcanzar casi $ 1 mil millones, según los comentarios hechos el lunes por Kathy Lueders, jefa del programa de vuelos espaciales humanos de la NASA.
Tal como están las cosas, la ISS podría ser desorbitada por un vehículo de carga ruso Progress acoplado utilizando una serie de quemaduras del motor para alterar el curso de la estación. Pero según SpaceNews, la NASA ha concluido que «naves espaciales adicionales pueden proporcionar capacidades más robustas para la desorbitación», lo que llevó a la agencia a explorar la idea de un remolcador espacial especialmente diseñado.
La estación espacial entró en servicio hace dos décadas como un lugar para que los astronautas vivieran y trabajaran, realizando experimentos científicos en condiciones de microgravedad. Pero su diseño envejecido significa que la instalación, que orbita a 250 millas sobre la Tierra, será destruida en unos pocos años a partir de ahora.
A más de 100 metros de extremo a extremo, se deberá tener mucho cuidado al desmantelar la estación espacial. Por ejemplo, tiene que ser maniobrado lejos de satélites en funcionamiento y cualquier pedazo grande de basura espacial antes de ser puesto en un curso que resultará en que gran parte de ella se queme sobre el Océano Pacífico. Sin embargo, se espera que parte de ella se sumerja en el mar en Point Nemo, un lugar muy alejado de la tierra que se conoce como «el cementerio espacial», ya que a menudo es blanco de descensos controlados de basura espacial.
La NASA se está asociando con empresas privadas con el objetivo de construir una estación de reemplazo, mientras que China recientemente estableció su propia instalación orbital. Rusia también ha expresado su interés en construir su propio laboratorio espacial en órbita terrestre baja, y todos estos proyectos aseguran que los humanos, aunque sean unos pocos seleccionados, continúen viviendo y trabajando en el espacio en los próximos años.